Este mercadeo del ".../yo haré, si gobierno/...", de verdad que estoy a punto de rebelarme ante tamaña tomadura de pelo a la buena gente.
Se dice que "en todos los lugares cuecen habas", pero pienso que en unos más y en otros menos y si me apuran incluso en otros sitios, ni cuecen.
Me explico, cuando las encuestas salen a la luz y dicen lo que previsiblemente va a ocurrir el 20-D, entonces sale el 'líder' de turno, de cualquier formación política y suelta por esa boca de promesas, cosas tan variopintas que uno ya no da crédito a tanta estupidez y encima, a los posibles votantes se les queda una cara entre asombro y resignación, ese estado intermedio en donde las más de las veces nos deja con semblanza un tanto curiosa.
Cuando en esas encuestas se sitúan muy poco distantes las dos formaciones hasta ahora bipartidistas (Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español), al líder del PSOE no se le ocurre otra cosa que convocar una reunión en Barcelona con el fin de 'atar los machos' a su gente para dar una respuesta única ante el "desafío independentista de Cataluña"; pero lo que me llega a lo más hondo de todo esto es que es una cita secreta.
De verdad es que alucino en colores y doy fe que no he tomado ningún sicotrópico.
Y otra formación que se encumbra ante las encuestas es el PP. Ahora Mariano, el hacedor de la mayoría de las desgracias que nos ha inoculado (dice que ha sido por nuestro bien), resulta que deja caer una de las propuestas que suena a propaganda electoral descarada. Dice que "aceptará reformar la Constitución".
Nada más leer esto casi me he despertado de un sueño, ese sueño del "cambio", ese que la mayoría de los ciudadanos de a pie estamos esperando.
Pero no, ha sido un espejismo de los míos. Resulta que una de las primeras promesas electorales que ha salido de la boca del líder del Partido Popular y todavía presidente del Gobierno de España, es que el PP votaría "a favor de la eliminación de la Disposición Transitoria Cuarta de nuestra actual Constitución, en el supuesto de que al final haya una reforma constitucional".
Como se puede apreciar, es algo muy a la manera que nos tiene acostumbrado el insigne gallego.
Seguiremos con promesas electorales.