Por fin he vuelto a perder peso. Después de un par de semanas largas estancado, esta semana he parado la báscula en 111,2 kilos, 28,8 kilos de grasa y un IMC de 27,8. Esto son 2,6 kilos menos que el miércoles pasado.
Se hace muy duro ver que sigues la dieta estrictamente y que no pierdes todo lo que te gustaría, pero la constancia acaba dando sus frutos. No hay que desesperar y seguir “con el martillo pilón”.
La vuelta a la oficina me ha venido bien en este sentido. Puedo planificar mejor mis horarios de comidas y, como no tienes tiempo para pensar en comida, los antojos se llevan mucho mejor
Además, la semana que tengo turno partido puedo planificarme la mañana y arañar una horita para ir al gimnasio. Es verdad que eso de levantarse a las seis de la mañana para ir a sudar cuesta un poco los primeros días, pero como escribí en este otro post los beneficios son muchos. Espero poder crearme la rutina y acostumbrarme a este horario.
Otra cosa buena y que ha podido influir en mi vuelta al buen camino es que el pasado sábado pude por fin sacar la bici. La rodilla parece que evoluciona favorablemente y poco a poco voy cumpliendo las fases de mi Operación Reconquista.
Esta semana he desayunado todos los días la bebida fría de fresa. De todos los productos que ofrece Pronokal en este método PNK, las bebidas frías son las que menos uso. Intento dejarlas para las mañanas, que te las preparas cómodamente y te lleva poco tiempo tomártelas. Para media mañana sigo abusando de las galletas: a veces las que traen la tableta de chocolate y la mayoría las de sabor cacao. Para las comidas que no hago fuera de la oficina tiro de barritas (la de cereza se ha llevado la palma esta semana) y a media tarde vuelvo a las galletas.
Hasta el próximo lunes no me toca ir al médico. Espero seguir con este ritmo y, con un poco de suerte, perder esos cinco kilos que tenía que perder en el paso 2. Lo veo complicado