En la región del polo norte de Titán, perlada de extensos lagos y mares de hidrocarburos, reinaba la oscuridad cuando la sonda Cassini llegó al sistema de Saturno en 2004. Pero la luz solar ha ido aumentando en el hemisferio norte de Titán desde agosto de 2009, cuando esa luz cruzó el plano ecuatorial en el equinoccio. Las estaciones de Titán tienen una duración de alrededor de siete años terrestres. En 2017, hacia el fin de la misión Cassini, Titán se aproximará a su solsticio boreal de verano.
Debido a las dunas esculpidas por el viento que la sonda Cassini ha visto en Titán, los científicos no entendían la razón de no haber visto todavía olas impulsadas por el viento en lagos y mares. Un grupo dirigido por Alex Hayes, miembro del equipo de radar de la Cassini, que tiene su sede en la Universidad de Cornell, Ithaca, Nueva York, se propuso analizar cuánto viento se necesitaría para generar las olas. Su nuevo modelo es mejor que los anteriores porque toma en cuenta simultáneamente la gravedad de Titán, la viscosidad y la tensión superficial de los hidrocarburos líquidos de los lagos y la proporción entre la densidad de la atmósfera y la del líquido.
Gracias a ese nuevo modelo, ahora se sabe que las velocidades de los vientos durante el período en que la Cassini ha observado a Titán, han estado por debajo del umbral necesario para generar olas.
Un sector del Ligeia Mare, o Mar de Ligeia, mostrado aquí en una imagen con colores falsos obtenida por la Cassini. Ligeia Mare, uno de los numerosos mares y lagos presentes en el hemisferio norte de Titán, es la segunda masa líquida más grande en la superficie de Titán, y contiene hidrocarburos líquidos, tales como etano y metano. (Foto: NASA/JPL-Caltech/ASI/Cornell)
El nuevo modelo revela que se necesitan vientos con velocidades de por lo menos entre 2 y 3 kilómetros por hora (1 ó 2 millas por hora) para generar olas en los lagos de Titán, una velocidad que aún no se ha alcanzado durante el período actualmente calmo de este satélite. Pero a medida que el hemisferio norte de Titán se acerque a la primavera y al verano, otros modelos predicen que los vientos pueden aumentar hasta 3 kilómetros por hora (2 millas por hora) o más. Dependiendo de la composición de los lagos, esa velocidad de los vientos podría bastar para producir olas pequeñas, de unos 15 centímetros (medio pie) de altura.
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