Nunca la propaganda ha sido tan efectiva como en la actualidad, con los medios de comunicación de masas al servicio del Estado y el Capital se imponen las corrientes de pensamiento en la opinión pública para determinar la conducta del individuo y así poder manipular a la sociedad en base a los propósitos que la élite de poder estime oportuno realizar en cada momento.
Las técnicas de manipulación de masas son tan sofisticadas que ya no son percibidas de forma consciente por la sociedad, inoculando ideas sin fundamento ni lógica y formas de pensar caóticas y contradictorias que acaban por anular la conciencia individual y mostrar una realidad totalmente distorsionada del mundo.