Implantando sentimientos y emociones a través de la propaganda se puede alterar la psique y controlar la conducta del individuo. El poder del propagandista radica en la fuerza de persuasión y convicción que le otorgan los medios de comunicación de masas para diseminar ideas de manera que pueda ejercer su voluntad a partir de la autoridad y anular la capacidad de discernimiento del receptor de la propaganda posibilitando la asimilación de las mismas.
Podríamos decir que la propaganda es también la cultura que impone el Sistema, una cultura basada en los valores y en las directrices que señalan permanentemente el camino que ha de tomar la sociedad, en sus formas de entender y concebir la vida. La propaganda es la religión que forma a los individuos y los dota de un sentido existencial para atarlos de alguna u otra forma al Sistema.No le faltaba razón a Aldous Huxley cuando dijo que "el burgués es el perfecto animal humano domesticado", si entendemos por "burgués" al hombre que está integrado en el Sistema...