¿Porqué me gusta Shakespeare?
Nadie como Shakespeare para entender la contradictoria condición humana en toda su complejidad y conseguir plasmarla en sus obras de una manera tan profunda y universal. Su sentido de la vida queda sintetizado en una brillante cita suya:
” Yo siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie; esperar siempre duele; la vida es corta, por eso ama la vida, se feliz y siempre sonrie, solo vive para ti y recuerda: antes de hablar, escucha; antes de escribir, piensa; antes de herir, siente; antes de odiar, ama; antes de rendirte, intenta; antes de morir, VIVE”
Recientemente ha pasado por Madrid, en los Teatros del Canal, la compañía británica de teatro, Propeller.
Está especializada en la representación de obras de Shakespeare, y la produce y dirige de manera admirable, desde los años 90, Edward Hall . Se caracteriza por ceñirse rigurosamente a los textos de Shakespeare, con una puesta en escena moderna pero manteniendo la tradición, de ser representada exclusivamente por actores masculinos, como era habitual en la epoca de Shakespeare. Se exhibierón ” Twelfth night” y ” The taming of the Shrew” ; en las dos, la moraleja que podríamos extraer, es tan simple como que lo más importante en la vida es el amor generoso y desinteresado; ¿que mas sentido podemos pedirle a la vida?.
La compañía es brillante, con un elenco de actores excelentes, la representación extremadamente divertida, sorprendente, genial, de una intensidad extrema y una puesta en escena con una estética muy contemporánea que la hace muy atractiva.
Una de las interpretaciones que más me han fascinado, fue Richard III en el Old Vic Theater de Londres, con una poderosa e inquietante interpretación de la mano de Kevin Spacey y dirigida por Sam Mendes.
Fue sublime, con elementos cinematográficos de una belleza terrorífica. Dificil papel para cualquier actor después de la soberbia interpretación llevada a cabo, con una gran carga psicológica, por Laurence Olivier.
Nuestra versión española de la obra de Macbeth de Helena Pimienta, directora de la Compañia Nacional de teatro, estaría a la altura de ésta.
Inolvidable también, el Hamlet de Alberto San Juan, en el Matadero de Madrid.
Pero para entender bien el personaje histórico de Richard III a través de la mirada de Shakespeare, nada mejor que ver el documental ” Looking for Richard” de Al Pacino; documental que dirige y además se representa a sí mismo y a Richard III. Shakespeare, le doto a diferencia de otros malvados, de una conciencia muy clara que le hacía darse perfecta cuenta de lo que hacía. Nada que ver con esa ” banalidad del mal”, de la que nos hablaba magistralmente Hannah Arendt en su libro sobre el juicio a Eichmann.
Recomendaciones:
Propeller Theater Company en Julio en Hampstead Theater, London