Elevar la calidad de los servicios públicos y controlar la arrabalización de los destinos turísticos es una de las tareas primordiales que tiene el país por delante para mejorar la competitividad de la industria y mantener la sostenida tasa de crecimiento que ha registrado el turismo dominicano en los últimos años.El señalamiento fue hecho por el periodista Luis José Chávez durante el Taller “Estrategia sindical para la formalización del empleo con derechos y protección social”, donde presentó una ponencia sobre “Inserción y coexistencia en la industria turística dominicana”.Explicó que la economía informal es un fenómeno mundial que existe en todos los países, desde las zonas más pobres del tercer mundo hasta los grandes centros urbanos de Europa y Estados Unidos, señalando que existe una tendencia general a tolerar esa actividad bajo ciertos parámetros de orden y racionalidad como un mecanismo para compensar el desempleo y la pobreza extrema.Dijo que en la mayoría de los países del mundo se están estableciendo mecanismos de regulación de la actividad económica informal para evitar que esa práctica se convierta en un factor de degradación de la vida urbana y de un sector tan sensible y exigente como el turismo.Sostuvo, sin embargo, que el turismo dominicano registra experiencias muy negativas por la incapacidad de las autoridades municipales y policiales para regular la venta ambulante y los servicios informales de transporte, situaciones que han tenido mucho que ver con el retiro de varias líneas de cruceros en Puerto Plata y Samaná. Dijo que esos mismos signos todavía persisten en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, donde la falta de regulación de algunas actividades como el transporte y la venta ambulante, se une a los deficientes servicios de aseo urbano, iluminación y seguridad pública.Chávez recomendó a las organizaciones sindicales y a las entidades vinculadas al comercio informal propiciar acuerdos y reglamentaciones para ordenar y racionalizar ese segmento, haciéndolo compatible con las normas de convivencia urbana y con la actividad turística.Recordó que durante su gestión como secretario general del Ayuntamiento del Distrito Nacional en la administración del alcalde Johnny Ventura, coordinó y concertó un proyecto de Reglamento de Venta Ambulante y Economía Informal, listo para ser aprobado por el Concejo de Regidores, aunque la propuesta ha permanecido engavetada durante los últimos 14 años.Reconoció, sin embargo, que en la industria turística dominicana se han producido acuerdos particulares con grupos de vendedores para asimilarlos a la actividad de los hoteles y los resortes, especialmente en el área de la artesanía y del transporte.Citó el caso del proyecto Turístico Playa Grande, donde los inversionistas y gerentes se pusieron de acuerdo con las autoridades y los comunitarios no solo para garantizar el pleno acceso al área de Playa, sino también para apoyar la organización de los vendedores ambulantes, para lo cual construyeron hermosas casetas, quioscos y puntos de encuentros que representan un modelo de convivencia entre el turismo de alto estándar, la comunidad y los vendedores informales.Chávez habló como parte de un panel donde también participaron los líderes sindicales Gabriel Del Río, presidente de la Confederación Autónoma Sindical Clasistas (CASC); Eulogia Familia, vicepresidenta del Consejo Nacional de la Unidad Sindical (CNUS); Tomás Shery Morel, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores del Comercio en la Economía Informal; Santo Sánchez, secretario de organización de la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD); los consultores Oscar Valverde, Álvaro Ramírez y Maribel Batista, de la Organización Internacional del Trabajo; y el consultor en Seguridad Social, Bienvenido Cuevas.El evento celebrado en el hotel Bahía Príncipe, de Playa Nueva Romana, fue organizado por la CASC, la CNTD; el CNUS y la Asociación de Vendedores del Mercado de Los Guanduales (ACTRAV), con el apoyo de la OIT.