El comienzo de un nuevo año es el momento perfecto para parar un segundo y pensar en lo que queremos lograr y en los propósitos que nos gustaría cumplir. El 2025 es una excelente oportunidad para continuar trabajando en la educación integral de nuestros niños y adolescentes, tanto en su desarrollo académico como en su crecimiento personal, fomentando valores fundamentales como el respeto, la responsabilidad, la empatía y el trabajo en equipo.
¿Qué propósitos podemos emprender en su acompañamiento?
En un mundo que cambia rápidamente, ellos necesitan más que nunca un entorno seguro donde sentirse apoyados y que los ayude a adaptarse a esos cambios. Necesitan que les acompañemos en su crecimiento emocional y social, dándoles herramientas para descubrir, crecer y enfrentar los retos de la vida les presenta con confianza y bienestar.
- Fomentar la autonomía para la toma de decisiones desde la confianza y el respeto.
Uno de los propósitos para el 2025 es el de ayudar a niños y adolescentes a desarrollar su autonomía. Cuando les damos autonomía, reforzamos su autoconfianza, fomentamos la responsabilidad y promovemos la toma de decisiones. Involucrar a los niños y adolescentes en la toma de decisiones y en la creación de acuerdos les va a permitir asumir responsabilidades de manera natural, a gestionar su tiempo de manera efectiva y a mejorar su regulación emocional.
Para ello, desde la escucha y el entendimiento, sin imponer reglas de manera autoritaria, hay que establecer límites claros que sean flexibles y comprensivos, guiarles en el proceso, reforzar el autoconocimiento emocional, enseñarles a resolver problemas y fomentar la motivación intrínseca, son claves para fomentar la autonomía.
- Desarrollar habilidades socioemocionales a través de la empatía.
Éste debe ser un objetivo prioritario. Es esencial que aprendan a identificar, comprender y gestionar sus emociones, a reconocer las de los demás, a comunicarse de manera efectiva y a establecer relaciones saludables. Así, desarrollarán habilidades como la empatía, la resolución de conflictos de manera pacífica, la comunicación respetuosa y la autocomprensión, habilidades necesarias para su bienestar personal, emocional y social.
Por esto, lo que debemos hacer es acompañarles desde un ambiente seguro y emocionalmente saludable creando espacios donde los niños y adolescentes puedan expresar sus emociones, compartir sus inquietudes y aprender a resolver los problemas de manera constructiva. Donde puedan expresar lo que sienten de manera clara y respetuosa, sintiéndose escuchados, validados y comprendidos.
- Promover el pensamiento crítico y la creatividad.
En este año, es necesario preparar a los niños y adolescentes para ser pensadores críticos, personas capaces de reflexionar, analizar y cuestionar el mundo que los rodea. Esto se hace cultivando la curiosidad, el diálogo respetuoso y la autonomía, sin juzgar sus opiniones, dándoles espacio para experimentar sus ideas y sus posibles soluciones. Así podrán desarrollar habilidades de razonamiento lógico y pensamiento crítico desde edades tempranas.
Es clave escucharles activamente, validar sus pensamientos, fomentar su creatividad y ofrecerles herramientas para que exploren de manera autónoma.
- Desarrollar la resiliencia y la capacidad de superación personal.
La resiliencia es una de las habilidades más importantes ya que les ayuda a afrontar los desafíos que la vida les presentará en el futuro. No es evitarles el sufrimiento o las dificultades, sino acompañarlos en el proceso de aprender de los fracasos, enfrentarse a los obstáculos y seguir adelante con fortaleza y actitud positiva.
Es esencial ser modelos de resiliencia, para enseñarles cómo manejar las dificultades y los fracasos con una actitud positiva. En lugar de evitar que se enfrenten a las dificultades, debemos acompañarlos en el proceso de aprender a manejarlas con paciencia y determinación, destacando los aprendizajes que surgen de cada desafío. Es fundamental ser un apoyo constante a través de la paciencia y la empatía, para enseñarles a manejar sus emociones y seguir adelante, destacando siempre lo que pueden aprender de cada obstáculo.
Los propósitos educativos para 2025 deben ir dirigidos al desarrollo integral de niños y adolescentes. Familias y educadores debemos trabajar juntos para crear un entorno con confianza y empático, acompañándoles de manera cercana y respetuosa para que aprendan las herramientas necesarias para que aprendan a ser independientes, a entender y manejar sus emociones, a sentirse bien consigo mismos, a respetar a los demás y a encontrar su lugar en el mundo.
¡¡Vamos a por el 2025!!
Marta Lli
Directora del Dpto. de Psicología y Orientación Escolar
La entrada (Propósitos para 2025: acompañando a niños y adolescentes en su crecimiento.), se publicó originalmente en Orientablog
