Prospectivas asombrosas: Prospectiva Nº 8

Por Daniel Paniagua Díez

Prospectiva Nº 8

Se preveen fuertes tormentas solares en los próximos años, como están sucediendo en la estrella de Barnard en estos años pasados, que está lanzando incluso rayos X (aunque es una pequeña estrella roja)

Así pues se temen unos efectos luminosos tipo flash que de alcanzar a este planeta podrían llevarse por delante mucha vida, no solo humana, también animal y vegetal.

El sol, al parecer, cuentan, va a pasar por una zona de alta energía y frecuencia, procedente de una poderosa emisión del centro galáctico; esto podría provocar que la estrella suelte unos fogonazos impresionantes en todas direcciones. Se prevee un ciclo de actividad solar con pocas manchas y tormentas, poco más de cien, y que, en principio, no tendría por qué asustar. Pero... si más adelante nos encontramos con algo inexperado...

Es plausible que alguna potente tormenta solar alcance a la Madre Tierra. Estar atentos a los eventos solares, en especial a las tormentas. A cuidarse y protegerse; si esto ocurre el sol ya no volverá a ser lo mismo, y este mundo tampoco.

Igual nos quedan unos siete años hasta la traca final y así nos daremos cuenta de que no somos tan destructivos. Se ha llevado muy mal el tema de la biosfera; por la contaminación de las fábricas y las centrales térmicas de producción de energía eléctrica, todo ese asunto. Pero somos poquita cosa; otro terremoto como el de Fukusima y lo pasaríamos muy mal, peor que lo de ahora.

Hacerse a la idea de permanecer años y años estabulados por razón de infecciones variadas y si a mayores ocurren eventos tipo nevadona, inundación, terremoto, en fin por toda una serie de cosas imaginarias es algo difícil de tragar. ¿De verdad nos interesa seguir adelante con este relato de miseria? La juventud tiene ganas de salir a tomar el sol y vivir su vida.

Esa idea de unos pocos megamillonarios manejando un planeta con miles de millones de seres humanos a su antojo y paranoias variadas ha de ser deshechada. Nos han inculcado por siglos los beneficios de la propiedad privada, y el abandonar la propiedad comunal; los concejos abiertos pasaron a la historia: beber todos del vaso o cuerno común un trago de vino y después decidir cómo obrar por el bien de la comunidad. Así vivieron nuestros ancestros por centurias.

Mis abuelos aún lo conocieron, así me lo contaron. En el monte se guardaban los rebaños ¡entre todos los del pueblo! Y cada uno conocía a su vaca y sus terneros. De niños nos enseñan a tener cada uno lo suyo, de mayores tenemos que aprender que todos dependemos de todos y si el barco se hunde... nos ahogamos todos. Igual los megaricos que los transeuntes que andan pidiendo un euro para comer en el comedor social. Igual.


Daniel Paniagua Díez