Hay cosas como madre en las que no reparas hasta que las padeces, nunca me había preocupado el tema de tener que ir a un servicio público o wc, a pesar de haberme encontrado situaciones de todos los tipos y colores, incluso lugares con una higiene muy muy deficitaria. Pero somos adultos y/o hacemos de tripas corazón y sin intentar rozar nada miccionamos o buscamos otro lugar mejor...
Sin embargo cuando vamos con niños a un baño público la situación es bastante más complicada, sobre todo si es de sexo femenino, como en nuestro caso, ya que resulta imposible que micciones sin apoyarse en la taza, ¡mira que se ha intentado! jiji
Empiezas limpiado como puedes la taza con una toallita, luego la cubres de papel higiénico como si de una momia se tratase, y sin con suerte tu hijo aún espera a que le sientes y no se ha orinado encima, lo sientas en la taza rezando para que no orine el papel higiénico que cubre la taza y destroce tu invento que le protege de las bacterias. Una odisea que en la mayoría de los casos no termina bien, os lo puedo certificar, mi experiencia me avala.
Fuente Imagen Pixabay y Sientate a Gusto.