El cáncer de piel es el más común de todos los tipos de cáncer, curable en el 90% de los trances, siempre que sea detectado con antelación. Surge gracias al aumento descontrolado de células infrecuentes de la piel.
Las personas con piel y ojos claros tiene más predisposición a padecerlo, no obstante ninguno está libre, especialmente cuando existen multiplicadores de riesgo equivalentes como: la exposición excesiva al sol, historiales ascendientes con la afección, relación prolongada al rayo X o agentes químicos.
Existen tres principales tipos de cáncer de piel: carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular y melanoma maligno. El primero y el más común normalmente surge a partir de los 40 años en personas con piel clara, en las regiones del tronco, rostro o cuello. El aspecto es un nódulo íntegro o ulcerado, rosado o translúcido. Presenta un crecimiento lento, es fácilmente curable y raramente presenta metástasis.
El carcinoma espinocelular aparece como un nódulo casi siempre ulcerado y en la forma de costra, especialmente en el rostro, en el labio inferior. Protege tu piel del cáncer. Es el segundo tipo más común y, caso no sea diagnosticado ni tratado adecuadamente, puede metastatizar.
A pesar de menos frecuente, el melanomaes el más grave y temible de los cánceres de piel, ya que se metastatiza muy fácilmente. Se presenta como una lesión oscura, proveniente o no de un lunar ya existente. Puede ser curado si se lo o diagnostica y se realiza el tratamiento precozmente.
Lunares de alerta
Cualquier lunar en la piel merece cuidado, especialmente manchas, verrugas o pintas que cambien de color, textura, tamaño, espesor o contornos. Esto vale para las marcas de nacimiento o que surgen a lo largo de la vida. Los especialistas usan la regla del ABCD para memorizar los lunares peligrosos:
Exámenes y tratamientos
No son necesarios exámenes sofisticados para detectar el cáncer de piel: el auto-examen periódico, verificando todas las partes del cuerpo, de los pies hasta el cuero cabelludo, acompañado de un correcto examen clínico son suficientes para rastrear el problema. Pero, el diagnóstico debe ser confirmado por el examen histopatológico, en que el material se obtiene a través de la biopsia.
Prevenir es posible
Los rayos ultravioletas del sol son los mayores agentes asociados al cáncer de piel, en quien tiene la predisposición genética. Como los efectos maléficos son cumulativos, la enfermedad puede surgir más tarde, después de muchos veranos. La mejor forma de prevenirse es evitar o disminuir la exposición solar entre 10h y 15h (cuando predomina el rayo ultravioleta B), además de adoptar la fotoprotección.
Usa protector solar diariamente, en la playa aunque el día esté nublado. Aplícalo 15 a 20 minutos antes de exponerte al sol y vuélvelo a aplicar después de bañarte o de sudar mucho. No dejes de ponerte gafas de sol, sombrero y quédate debajo de la sombrilla el mayor tiempo posible.