La piel del bebé es hasta un 60% más delgada que la piel de un adulto, por lo cuál es necesario extremar las medidas de cuidado para protegerla.
El calor hará que tu bebito transpire y se humedezca su piel, fundamentalmente en zonas claves como el área del pañal, los pliegues de sus rollitos, bajo su cuello y axilas y detrás de las rodillas. La adecuada higiene de todas estas zonas evitará paspaduras e irritaciones, como así el desarrollo de hongos que pueden dañar su delicada piel, por lo que es de vital importancia mantener esas zonas libres de humedad.
Ayudará una adecuada elección de prendas a la hora de vestirlo, para mantenerlo no solo fresco sino también seco. El género a elegir será el algodón ligero, suave, de colores claros. Evitaras así irritaciones o posibles alergias. Es importante no sobre abrigar al bebé y no olvidar que sienten el calor y el frío de la misma forma que nosotros.
Los rayos del sol no son sólo dañinos en la playa o en la piscina, sino también en la calle, en la plaza o en el jardín de tu casa. Los bebés menores de 1 año no deben ser expuestos al sol directo y recién a partir de los 6 meses podrán utilizar protectores solares. Al ser pieles tan sensibles, los productos también pueden irritarlas, por eso es muy importante consultar con el pediatra de cabecera cuáles son los productos que podremos usar durante esa etapa.
También la hora de exposición solar influye. Sabemos que es necesaria la luz solar para nuestro cuerpo, por lo que si vamos a salir a pasear o a jugar al jardín, preferiremos las horas de menos intensidad solar y evitar salir de 10 a 16 hs que es el momento en que el sol está bien alto.
Estudios nos avisan que un 70% del daño provocado por los rayos UV a la piel, suceden antes de los 18 meses de vida y no hay que olvidar que este daño es irreversible y acumulativo.
Por eso, este verano disfrutemos sin olvidar tomar las medidas necesarias para proteger la piel de nuestro bebé del sol.
JulieFernnAdmin del Staff de Mamuchas