Es un adecuado thriller que lograra satisfacer a los hambrientos de adrenalina con una buena dosis de familiaridad.
Ya se que a muchos no les gusta que ande comparando películas y que debo de evaluarla de acuerdo a sus propios meritos, sólo espero que estén de acuerdo que es inevitable no ver la misma fórmula utilizada en la trilogía Bourne: la conspiración, el villano de importancia burocrática, la corrupción dentro de la CIA, la falta de información; todos los ingredientes necesarios para otra aventura de pistolas y balazos.
Matt Weston (Ryan Reynolds) es un ignorado agente de la CIA encargado de administrar una casa de seguridad en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Su trabajo es tan fascinante que ha estado buscando desesperadamente una promoción y la transferencia a un trabajo más significativo. En uno de tantos días, por fin tiene un “huésped” llamado Tobin Frost (Denzel Washington), que al parecer es demasiado importante como para resguardar la casa con varios agentes y realizar las famosas interrogaciones voluntarias de toda agencia de inteligencia.
El libreto de David Guggenheim sólo se dedica a presentarnos los protagonistas en escasos minutos como obligación para dar paso a una gran persecución que perdurará hasta el desenlace de la película. Es así como se sigue la fórmula establecida últimamente en los thrillers de revelar pocos detalles e ir directamente las escenas de acción, no los culpo, porque el querer saber las razones de la inmediata aniquilación del traidor de Tobin fue lo que me mantuvo algo interesado. Es sólo que tanta escena de acción pierde importancia y hasta parece que el guionista tiene miedo a decepcionar al ofrecer explicaciones cuando debe de ser todo lo contrario, ya que necesitamos de una buena justificación que avale tanta pirotecnia.
El mayor atractivo que tiene la cinta es Denzel Washington, en un personaje que no representa esfuerzo para el actor, al seguir el mismo perfil del hombre rudo que ha sufrido y busca justicia. Con su profunda mirada, da pauta a nuestro interés por cada una de sus palabras. Ni como olvidar cuando entra en modo combativo para aniquilar a sus enemigos sin piedad. Todo muy familiar por parte del veterano actor.
En lo que respecta a Ryan Reynolds, he llegado a la conclusión que es más efectivo cuando no tienes que ver su rostro, claro ejemplo fue en la película ‘Sepultado’ (Buried). Las escenas en donde conversa con su novia Ana Moreau (Nora Arnezeder) para justificar su ausencia, carecen del peso necesario para que me importen, sólo son excusas para entablar diálogo con Tobin y aumentar la duración de la película. Aún así, es cuando comienza a luchar por su vida cuando se nos olvida cualquier falla y procedemos a continuar observando el pésimo día de trabajo del agente Matt. No será grandioso, pero al menos no hunde la película.
Las escenas de acción cuentan con el atractivo escenario de Ciudad del Cabo que se impone como un protagonista más del elenco, al captar más la atención que a cualquier pedazo de diálogo que emiten los personajes. Desde un conjunto de comercios en el centro de la ciudad, un estadio de futbol, estación de metro y hasta un barrio humilde; sin querer se vuelve en una guía turistica de un lugar aún desconocido para nuestros ojos.
Es la famosa “camarita” que no conoce la paz y serenidad, la que regresa con sed de venganza y la que a momentos me llega a desesperar. Ya no comprendo esa terquedad por parte de los directores de creer que a mayor cantidad de movimientos se traduce a emoción. Ni se diga cuando perdemos detalle de quien está disparando a quien o donde se encuentran escondidos los fulanos con innumerables cantidades de municiones. Ya esto no resulta novedad, se ha vuelto un fastidio y hasta un inconveniente.
La participación de Denzel Washington y la atractivas locaciones son un paliativo a lo predecible que resulta ser hasta en el desenlace. El resto pasará al olvido después de haber salido de la sala de cine.
Calificación: ★★½☆☆
Trailer Protegiendo al Enemigo (Hispanoamérica) | El Invitado (España)