Una startup estadounidense llamada BioBots ha aprovechado los avances en impresión 3D para añadir un nuevo e interesante ingrediente: a las posibilidades de esta tecnología para todo tipo de aplicaciones médicas se le suma ahora la utilización de biomateriales y células vivas para crear tejido vivo 3D y órganos humanos en miniatura.La biofabricación no es un campo científico totalmente nuevo, desde luego, pero estos ingenieros han creado unabioimpresora 3D que se convierte en una alternativa muy económica a máquinas que suelen ser mucho más caras -por encima de 100.000 dólares- y complejas. Las impresoras 3D pueden ir a más, y esta es una demostración palpable.
Una startup estadounidense llamada BioBots ha aprovechado los avances en impresión 3D para añadir un nuevo e interesante ingrediente: a las posibilidades de esta tecnología para todo tipo de aplicaciones médicas se le suma ahora la utilización de biomateriales y células vivas para crear tejido vivo 3D y órganos humanos en miniatura.La biofabricación no es un campo científico totalmente nuevo, desde luego, pero estos ingenieros han creado unabioimpresora 3D que se convierte en una alternativa muy económica a máquinas que suelen ser mucho más caras -por encima de 100.000 dólares- y complejas. Las impresoras 3D pueden ir a más, y esta es una demostración palpable.