Cuando las cosas se ponen feas, cuando las soluciones habituales no funcionan, nuestro pensamiento creativo es el que puede sacarnos del atolladero ya que debemos aplicar estrategias heurísticas, es decir, "hallar o inventar" algo (este rasgo es distintivo de la especie humana). Aunque resulte paradójico, en ciertas situaciones límite, el factor tiempo puede jugar a nuestro favor. La premura con la que debemos buscar soluciones nos obliga a tomar decisiones y a centrarnos en lo importante. Además, nos previene de la parálisis por análisis. O intentamos algo y lo hacemos ya, o bien, cualquier decisión pospuesta puede dar al traste con nosotros, con nuestra empresa, etc.
Asegurarnos de construir lo correcto antes que pensar en hacerlo bonito
El archiconocido caso del Apolo XIII permite analizar cómo se desarrolla la fase de prototipado en una situación de incertidumbre extrema. La misión, cuyo objetivo era alunizar, se vio trastocada por la explosión de un tanque de oxígeno en el módulo de servicio. Este incidente obligó a los ingenieros de la NASA a rediseñar el plan de vuelo y algunos de los sistemas de la propia nave. Todo ello en un tiempo récord que marcaría el desarrollo de los acontecimientos. Desde que en el centro de control escucharán la mítica frase "Houston, tenemos un problema" (13 de abril de 1970, a las 21:08) hasta que los astronautas amerizaron (17 de abril de 1970, a las 18:07:41) transcurrieron 96 horas de auténtico infarto.
Como señalaba en la entrada Cómo diseñar un prototipo en poco tiempo, la creatividad se maximiza cuando aplicamos ciertas restricciones en los recursos que podemos emplear. Al hilo de esto cabe comentar que existe una especie de regla universal según la cual cuantos más recursos y tiempo tienes, más gastarás. Es una especie de agujero negro que nos lleva a consumir más recursos de los necesarios porque nos detendremos en detalles que no aportan valor. Por tanto, en cierto sentido, la falta de recursos nos obliga a centrar nuestra atención en el presente y no en el futuro, evitando nuestra tendencia al perfeccionismo prematuro. Esto no quiere decir que ignoremos las metas a largo plazo sino que intentemos convertir nuestros esfuerzos en aspectos concretos que nos ayuden a hacer realidad nuestros proyectos.
Por otro lado, el principio de Pareto, también conocido como la regla del 80/20, incide también en la idea de que debemos focalizar nuestros esfuerzos. De manera muy resumida lo que nos viene a decir este principio es que solo el 20% del trabajo que realizamos tiene un impacto significativo. El 80% restante lo dedicamos a divagar o a cosas que no aportan mucho valor. Por tanto, lograríamos avanzar mucho más rápido y optimizaríamos nuestro trabajo si fuésemos capaces de identificar ese 20% que resulta crítico para alcanzar el objetivo.
En resumen, analizando los acontecimientos que se produjeron en esas tensas horas del viaje del Apollo XIII, podemos llegar a una conclusión: lo importante es asegurarnos de construir lo correcto antes de pensar en hacerlo bonito, es decir, prototipar. Recuerda, en la fase de prototipado no necesitamos grandes recursos sino apelar a la simplicidad ( Guillermo de Ockham, que de esto sabía un montón, nos diría que "la solución más simple suele ser la mejor").
Psicólogo / Humanista digital / Emprendedor Ayudo a empresas y organizaciones en sus procesos de cambio y transformación. La consultoría de formación es una de mis herramientas de trabajo para lograr resultados tangibles.