CHIMBOTE, Perú (AP) — Uno por uno, los altos funcionarios que llegaron de la capital tomaron el micrófono y se disculparon ante un auditorio repleto de gente furiosa que había vivido con temor. Los funcionarios reconocieron que no habían evitado el asesinato político anunciado por su víctima. Su integridad estaba siendo cuestionada.El fiscal de la Nación, el contralor y el presidente de la Comisión de Investigaciones del Congreso, que ahora celebraba una audiencia pública, ignoraron las pruebas que Ezequiel Nolasco, ahora asesinado, les mostró a la cara durante meses.Después de sobrevivir un intento de asesinato en 2010 tras denunciar corrupción en el gobierno, Nolasco advirtió en repetidas ocasiones que su departamento de Ancash estaba controlado por una mafia que saqueaba las arcas públicas, mataba a gente que no podía comprar o intimidar, espiaba a sus enemigos, usaba a la policía como espías y a periodistas para destruir la imagen de sus contrarios.Un sicario lo mató el 14 de marzo, de cinco balazos. El ex líder sindical de la construcción murió cuando se detuvo a tomar una cerveza antes de dirigirse de Lima a su casa en Chimbote, en la costa, donde viven casi la mitad de los 1,1 millones de habitantes de la provincia de Ancash.
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Ese departamento vivía bajo el control absoluto de un gobernador que la gente del lugar comparaba con el legendario mafioso Al Capone, según Nolasco. Su maquinaria política era lubricada por decenas de millones de dólares provenientes de los ingresos mineros que habían convertido a Ancash en el departamento más rico del Perú."Es una minidictadura", dijo Christian Salas, el procurador anticorrupción enviado desde Lima a poner la casa en orden. Salas pidió la encarcelación del gobernador César Alvarez mientras se reviven más de 100 casos de corrupción en su administración y dijo que la procuraduría de justicia y los tribunales locales "estaban tomados por la delincuencia".El viernes, un juez local prohibió a Alvarez, a su principal asistente de prensa y a cuatro periodistas salir del país durante cuatro meses mientras los investigan por peculado y asociación ilícita para delinquir.Feudos personales llenos de corrupción no son cosa rara en las democracias latinoamericanas, pero los politólogos dicen que Ancash es un caso extraordinario por su alcance y brutalidad."Este individuo fue demasiado lejos", dijo Edward Gibson, profesor de la Universidad Northwestern, quien califica el fenómeno de "autoritarismo subnacional".Steven Levitsky, de la Universidad de Harvard, dijo: "No conozco muchos casos con tanta violencia", quizás con la excepción del sur de México.Álvarez demoró varios años después de ganar su primera elección en 2006 en silenciar a la mayoría de sus rivales y supuestamente comprar la lealtad casi total de los medios noticiosos locales. Mientras tanto, los asesinatos por contrato se convirtieron en algo rampante, y representaron dos de cada cinco de las más de 100 muertes violentas en el estado el año pasado, según el ministro del Interior de Perú, quien dijo en el Congreso que ninguno de esos casos se ha resuelto.En el caso de Nolasco, Alvarez indujo a jueces a suprimir pruebas de que uno de sus principales aliados organizó el intento de asesinato del ex líder sindical en 2010, alegó la propia víctima. Nolasco recibió dos balazos y sobrevivió, pero su hijastro de 24 años murió tratando de salvarlo.Nolasco, entonces congresista por su departamento, había acusado a Alvarez de planear el desvío de millones de proyectos de obras públicas.Si hija Fiorela, de 20 años, dijo en una entrevista en la residencia de la familia que tras el intento de asesinato de su padre fue expulsado de la dirección del sindicato local de la construcción por gente leal a Alvarez."Gente armada tomó la central del Sindicato de Construcción Civil y la policía armada ayudó", dijo la joven, mientras escoltas policiales recién llegados de Lima observaban sin hacer nada, asomándose de vez en cuando a la calle a oscuras y sin pavimentar.En una entrevista la semana pasada con The Associated Press después de anunciar que no se postulará a un tercer período en los comicios de octubre, Alvarez negó tener responsabilidad alguna en el asesinato de Nolasco o de ningún otro delito.View gallery