Proyecto 3 Miradas de Alvear: la fusión perfecta entre casta y terruño.

Por Elbaranda @elbaranda

Siempre es un placer contar con un representante de la bodega para que nos cuente o nos aclare los entresijos de los vinos que allí se elaboran, y en esta ocasión se acercó Javier Noval, Director Comercial de Bodegas Alvear, para ilustrar al Enolobby Charro sobre un proyecto del que había oído hablar y que estaba deseando "disfrutar": el Proyecto 3 Miradas.

Esta mirada atrás se inició con el Equipo Navazos y la aparición de los vinos Navazos-Niepoort hace ya más de diez años, que tenían como finalidad la recuperación de elaboraciones de vinos biológicos sin encabezar que habían nacido en Cádiz en la segunda mitad del s. XVIII y cuya vida se alargó durante todo el siglo XIX. En cierta forma lo "nuevo" hoy es un retorno al pasado.

En esta ocasión la unión de Bodegas Alvear con Bernardo Lucena a la cabeza junto con Alfonso Torrente y Roberto Santana del grupo Envínate marcaba un objetivo: la recuparación de vinos elaborados de forma ancestral a como se hacían en Montilla en el s. XVIII con una serie de condiciones comunes:

  1. Partir de viñedos recuperados que han sido clasificados como de Calidad Superior en la Sierra de Montilla.
  2. Viñas de 40 a 60 años de Pedro Ximenez
  3. Mostos recogidos a 11,5º - 12,5º en perfecta maduración y sin esperara a que alcancen los 15º exigidos para la elaboración de finos.
  4. Rendimientos bajos.
  5. Mostos fermentados en tinajas de hormigón de 150 y 300 arrobas en el Lagar de Las Puentes, bajo velo de flor, durante 8 meses, tanto las elaboraciones con pieles como las elaboraciones sin ellas.
  6. Realización de una ligera crianza en bota.

Esta edición 2016-2107 es la primera compuesta por 3 miradas. Dos son las que comentaré y la tercera se hará esperar ya que está envejeciendo en bota un tiempo no determindado.

Por cierto, les recomiendo la excelente entrevista que le hizo Concha Herrero sobre el Proyecto a Roberto Santana en el blog de Bodeboca.

El año que viene habrá que esperar la sorpresa de nuevos vinos provenientes de otros pagos, distintas elaboraciones y tipologías. ¡Paciencia! Ya sabemos que lo bueno se hará esperar.

Mirada a Mirada, parcela a parcela

Vino de aldea, vino del municipio de Montilla y su sierra, mezcla de las diferentes parcelas que se han vinificado con pieles y sin pieles, dando lugar a un ensamblaje definido como "Vino de Pueblo".

Catamos este vino en último lugar ya que al ser el producto de varias parcelas nos pareció buena idea para intentar observar y descubrir el aporte de las distintas parcelas. 12,5% vol.

Cata:

Color amarillo con ligera turbidez. Lágrima viva. Expresiva nariz con aportes minerales (pedernal), punta cítrica, nueces, punto de hinojo, toques de tofe y de manzana verde. Boca marcada con una excelente acidez, cierta golosidad, largo, largo, con una tanicidad de la fruta elegante y sutil.

Colección limitada que sale al mercado en caja de seis botellas. Viñas viejas y plantadas en vaso de los pagos de La Viña de Antolín, Cerro Macho y El Garrotal. Un mosto es elaborado sin pieles y otro con pieles ( skin contact) con unos meses bajo velo de flor.

Parcela La viña de Antoñín:

Situada a 525m de altitud y orientación oeste. Se encuentra situada dentro del paraje de Riofrío Alto. Viñas viejas de Pedro Ximenez y algo de Vidueño, trabajadas por el viticultor Pablo Delgado.

Brillante, limpio, amarillo intenso. Nariz marcada por las notas minerales (tiza), frutos secos, levadura flor, sutiles hinojo y toques de nata. Boca con muy buena sapidez, largo, fresco, elegante y complejo.

El aporte de las pieles marcan un amarillo más intenso que desarrolla en nariz aportes de cáscara de naranja, lavanda, romero tomillo, sutiles minerales, toques de membrillo, tofe. Menos potencia olfativa y menos floral en nariz que el hermano sin pieles.

Boca con excelente acidez, largo, complejo, con más estructura y manteniendo más la intensidad aromática a lo largo de la cata. Excelente.

De orientación este y a 570 m de altitud. Se encuentra también en el paraje de Riofrío Alto, pero a mayor altura. Viñas viejas de PX trabajadas por el viticultor José Rosa.

Color amarillo con ribete verdoso, itenso. Aromas minerales (tiza), frutos secos, aportes de hinojo y toques de brioche. Boca con buena acidez y más golosidad que las Miradas anteriores. Sutil tanicidad de la fruta que se nota en las encías. Fresco, sápido, con más peso en boca y largo.

En vista se muestra amarillo más intenso. Bonito. Nariz con toques yodados, minerales, tofe y regaliz. En boca matiene la máxima de sus hermanos con una muy buena acidez, sápido, largo, complejo y una retronasal en la que se mantienen un claro protagonista: la mineralidad. Deje final de tanicidad que me encanta. Pura elegancia.

Las dos parcelas de Cerro Macho, en el extremo de Riofrío Alto, de orientación SW, son las más altas de las tres, situadas a 610 m. Viñas viejas de PX de los viticultores José Rosa y Juan Antonio Espejo.

Amarillo brillante, limpio, más denso. Aromas con ligeros toques de verdor que no molestan dejando recuerdos de hinojo, caliza, toques cítricos, notas florales, nueces y membrillo fresco. En boca es puro equilibrio con muy buen acidez, largo, complejo y elegante. Muy interesante.

Color amarillo más intenso que sus hermanos anteriores mostrando más untuosidad en agitación. Nariz con recuerdos yodados, minerales, frutos secos, nueces. Boca en la que la tanicidad de la uva se deja notar. Excelente acidez, sabroso, más cálido que sus hermanos y con una retronasal en la que las notas olfativas vuelven a dejarse notar y disfrutar.

Conclusiones

Excelente experiencia en la que se realiza un recorrido visual, olfativo y gustativo de seis vinos elaborados con y sin pieles de tres parcelas distintas y un ensamblaje final dentro de un área reducida en las que se pueden observar diferencias claras entre parcelas marcadas por suelo y altitud, además de resaltar su estructura y complejidad marcadas por las elaboraciones con y sin hollejos.

Me parece una intersantísima propuesta. Didáctica, amena y muy disfrutable por parte de Alvar y Envínate. Ahora toca esperar a que salga la Tercera Mirada y que volvamos a encontrarnos con sus "ojos" el próximo año.

Si tiene ocasión de hacerse con el estuche, se lo recomiendo. Además la RCP es excelente. En esta época invernal que nos acontece, sientese, descorche y disfrute... Mirada a Mirada.

Nuestras anfitrionas, Sara y Sofía, del Restaurante Singular nos prepararon unos platos para maridar con los vinos que resutaron francamente atractivos y de los que dejo muestra gráfica de su Ensalada templada de calabaza y remolacha asada con quinoa y un Marmitako de atún de chuparse los dedos.

¡Salud y buen vino!