Maestros felices, niños felices. Con este objetivo, la Universidad Camilo José Cela ha puesto en marcha, este trimestre, un proyecto pionero, denominado "Happy", que incluye el aprendizaje social y emocional en la formación de los maestros de primaria e infantil.
Desde los estudios de Carl Ranson Rogers en los años 40 y de Daniel Goleman en 1996, la noción de "inteligencia emocional" y la idea de que conocer y encauzar adecuadamente las emociones es necesario y beneficioso están plenamente aceptadas. De hecho, según explica el propio Goleman, "la ciencia ha demostrado que la autoconciencia, la confianza en uno mismo, la empatía y la gestión más adecuada de las emociones e impulsos perturbadores no sólo mejoran la conducta del niño, sino que también inciden muy positivamente en su rendimiento académico ".
Ser feliz potencia la motivación, mejora el ambiente dentro del aula y predispone para el aprendizaje. De hecho, una persona feliz no tendrá problemas para aprender todo lo nuevo que pueda surgir y en menor tiempo que alguien que no lo es.
Maestros felices, niños felices.
Trabajar la felicidad y el desarrollo emocional de los futuros maestros es un aspecto que debería considerarse de vital importancia. Es evidente que además de mejorar su propia calidad de vida, los maestros felices contribuirán también a mejorar el bienestar y el rendimiento de los alumnos que formen.
El Proyecto Happy, de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Educación de la UCJC, busca conseguir entornos de aprendizaje positivos, productivos y más saludables. Para conseguirlo, incluye contenidos y prácticas sobre aprendizaje social y emocional en la formación de los futuros maestros de forma trasversal.
Mediante estos contenidos, los alumnos de magisterio se van adentrando en el mundo de las happy companies y de las investigaciones científicas que tratan estos temas. Con ello se persigue que los futuros maestros comprendan la importancia del ambiente positivo en el clima organizativo y laboral, y que reflexionen sobre las repercusiones y beneficios que esto tiene para su futuro profesional.
Además, los alumnos han formado equipos de trabajo, simulado situaciones escolares de la vida real y han resuelto problemas de manera creativa. Finalmente, los estudiantes tendrán que reflexionar sobre todo lo aprendido y sus implicaciones para su vida personal, académica y social.
Se espera que el proyecto, que se ha puesto en marcha este trimestre, arroje resultados positivos a la hora de desarrollar entornos de aprendizaje emocionalmente inteligentes, felices y creativos, que contribuyan a favorecer el bienestar personal y social, la capacidad de liderazgo y el emprendimiento.
De la empresa a la escuela:
Este proyecto se inspira en iniciativas procedentes del ámbito empresarial, que han puesto en el punto de mira el desarrollo emocional como método para conseguir plantillas más eficientes, creativas y productivas. Este nuevo fenómeno de las happy companies, lejos de ser una moda, viene respaldado por varias investigaciones que demuestran la estrecha relación entre inteligencia emocional y éxito empresarial.
Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Warwick (Inglaterra) demostró científicamente que la felicidad de los trabajadores no sólo tiene un efecto directo en la productividad; los empleados felices son también mucho más productivos, están más comprometidos, sufren menos de estrés y otras enfermedades relacionadas con la sobrecarga de trabajo. Además, Shawn Achor, autor de 'The Happiness advantage', aseguró que el 75% del éxito laboral tiene que ver con el estado anímico de las personas. En ese sentido, Achor afirma que la felicidad aumenta el rendimiento laboral hasta en un 33%.
Estos resultados han impactado enormemente en el ámbito educativo, donde ya se están empezando a aplicar programas sobre inteligencia emocional en algunos centros punteros del país. No obstante, hasta ahora no se había hecho hincapié en la necesidad de incluir esta formación en los grados de magisterio.
Fuente: Ined 21.
C. Marco