Hoy he superado la prueba. Ha sido duro, lo reconozco, pero lo he conseguido. Y eso que he dudado cuando la he visto en el kiosko.
No obstante he recordado los consejos de mis amigos blogueros y me he contenido. No hay que caer fácilmente en el pecado. Hay que saber decir no. Hay que luchar contra la tentación de comprar QUE LEER.
Bueno, pues aquí estoy, sabedor de que podía estar con ella, que me gustaría estar con ella, que quizá debería estar con ella.
Hoy me iré solo a la cama mientras me pregunto quién se acostará con ella.