De acuerdo con la crónica que escribe de esa ciudad en la frontera con México por el abogado José Pertierra, uno de los destinatarios de esos cheques era Francisco Chávez Abarca, mano derecha de Posada Carriles en El Salvador. Encargado de reclutar a centroamericanos en nombre de Posada, para poner las bombas en Cuba, también puso la primera que estalló en 1997 —en el cabaret Aché, del Hotel Meliá Cohiba. Fue capturado por las autoridades venezolanas y extraditado a Cuba, donde lo condenaron a 30 años de prisión por terrorismo.
El Departamento de Justicia sostuvo en el interrogatorio a De Rojas que Posada Carriles utilizó ese dinero para financiar la campaña terrorista con bombas contra Cuba. Una de las bombas mató al turista italiano Fabio Di Celmo el 4 de septiembre de 1997 en el Hotel Copacabana en La Habana.
Tras dos días de interrupción, este proceso se reanudó el miércoles último. Al comienzo del juicio se anunció que este podría extenderse de seis a ocho semanas y la actual es la octava. La prórroga más larga obedeció a la duda de la jueza sobre continuar el proceso o dejarlo ahí.
Posada Carriles es el autor de la voladura en pleno vuelo de una nave de Cubana de Aviación, que causó la muerte de 73 personas en 1976, de actos terroristas en la Isla y de crímenes en Venezuela, por lo cual debía ser también enjuiciado y condenado.
(Tomado de Cubadebate)