El matrimonio constituye una de las más grandes pruebas de la vida, ya que muchas veces tenemos que ceder por fe aunque no entendamos razones. Tenemos que morir a muchos de nuestros deseos para satisfacer a nuestro cónyuge. Tenemos que aceptar la forma de ser y de pensar de nuestro cónyuge para mantener el vínculo de la paz.
En el Matrimonio tenemos que practicar la humildad y la mansedumbre y eso constituye una prueba muy fuerte para nuestra alma, porque no son actitudes fáciles de vivir.
Cuando procuramos crecer espiritualmente, la palabra de Dios se revela a nuestra vida y se constituye en pruebas que son como el fuego ardiente que quema todo nuestro sistema de creencias equivocado con el que venimos del mundo para formar en nosotros un nuevo sistema de creencias conforme al diseño de Dios.
Santiago 1: 2-3 Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
I Pedro 4:12-13 Amados, no os sorprendáis del fuego de la prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciera. Al contrario, gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
1 Pedro 5:8-10 Sed sobrios y velad porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Resistidlo firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Pero el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
La palabra de Dios nos muestra que definitivamente las pruebas por más difíciles que sean, fueron diseñadas para purificar nuestra alma, para fortalecer nuestra fe y para formar nuestro carácter conforme al carácter de Cristo.
Si resistimos las pruebas nos van a conducir a una vida de FE y GOZO que nos van a convertir en mejores hijos de Dios, mejores esposos, mejores padres, mejores hijos y mejores personas en la sociedad. Los matrimonios vivimos muchas veces pruebas financieras, enfermedades, problemas con los hijos, etc, pero si en vez de lamentarnos y ponernos tristes, vemos estas pruebas como instrumentos de bendición, entonces podremos tener el gozo y la fe en el Señor que produce esperanza de vida en nosotros.
Tu matrimonio y tu familia es el regalo mas preciado que Dios te ha dado. Cuídalo!