Revista Psicología

Psicoanálisis con niños para los adultos

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
Psicoanálisis con niños para los adultos

La propuesta de hoy se enmarca en un camino: Los Niños son Artesanos del Jugar.

Estamos viviendo en una época donde el espacio y el lugarcito para jugar no tienen importancia o cada vez es menor. Vivimos un presente que privilegia más los resultados que los procesos, el disfrute y el respeto por las diferencias. Ya no hay jugadores, hay atletas en miniatura. Muchos niños van a clubes donde los hacen competir yno compartir.

Así sale un poco este escrito, desde la clínica, desde lo que llega a consulta, por niñas y niños que no tienen tiempo de jugar pero están llenos de juguetes. Un niño viene a jugar y con su síntoma algo más entra en juego.

Vayamos al punto: ¿A qué me refiero con lo de artesanos?

Lo artesanal es lo que realiza alguien que sabe cómo hacerlo, es decir que hay un saber. Lo hecho por un especialista pero no de forma industrializada. Un artesano es quien crea con sus propias manos, lo que se hace es de primera mano. Y con sus manos pone el cuerpo, hay una parte de él o ella en aquello que hace. De ahí mi pretensión de recuperar este concepto para el jugar en la infancia. Porque son ellos quienes tienen que hacer lo que mejor saben. Por eso es importante la función del adulto. Lo fundamental es proteger esas subjetividades que florecen, dando tiempos y espacios, generando posibilidades, estando cerca, cuidando.

En muchos casos, que un niño juegue, solo o con otros depende en gran medida del adulto, de un Otro. Ya Winnicott lo mencionaba con la capacidad de estar sólo en presencia de otros, a la que podríamos sumar la capacidad de jugar sólo en presencia y ausencia de otros. Por eso, el lugar que le toca a los adultos es poder resguardar ese espacio, que atraviesen ese tiempo, con sus más y con sus menos pero asegurándoselos. ¡Sí!, una de las funciones primordiales del adulto es la de protección del niño y su mundo, ser un guardián de su arte. Ese Otro debe crear las condiciones para ello.

La infancia menciona, por definición, a quien no puede hablar. Pero olvida otra vez el diccionario, que si bien no hablan, siempre dicen algo. Hay un más allá de la palabra hablada. No hace falta ser analista para saberlo, con estar un rato y jugar con peques es suficiente.

Entonces lo que planteo está a la vista: Que los niños son los artesanos del jugar, porque lo hacen muy bien pero sobre todo porque lo necesitan para vivir, para ser. Ser niña/o es ser jugador/ra. De ahí la enorme importancia de la función del adulto que acompañe.

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