Aunque no se sabe muy bien porque ocurre esto, son varias las razones que se han comentado al respecto. Entre ellas, la más reseñable podría encontrarse en la posibilidad de que al existir una especie de rechazo de estas mujeres en relación al sexo (a causa de una moral muy estricta o cualquier otro motivo de tipo educacional), el hecho de sentirse dominadas y, de algún modo, forzadas a hacer algo que ellas no quieren hacer, las eximiría de la culpa por estar haciendo algo tan sucio y depravado. En otras palabras, se trataría de una autojustificación para permitirse disfrutar del sexo, una práctica que en una parte importante de sus esquemas mentales no sería correcta.
foto|David Castillo Dominici