Problemas de autoestima, rechazo, intentos de manipulación y envidia suelen ser los factores que acaban por desencadenar en muchas ocasiones el sufrimiento de estas personas, las cuales encontramos acudiendo al psicólogo en más ocasiones de las que podríamos pensar.
Este no es más que otro ejemplo que indica que la inteligencia no es equivalente al éxito ni a la estabilidad emocional, existiendo muchos otros factores que contribuirían de forma decisiva a este hecho.
Las preguntas para la reflexión aquí podrían ser: ¿Por qué valora tanto nuestra sociedad la inteligencia digamos "analítica"? ¿Acaso no debíamos hacer hincapié en otros elementos como la creatividad, la flexibilidad y la apertura a la experiencia? ¿Hasta qué punto una inteligencia excepcional está exenta de sufrimiento?
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