Viendo como las estamos pasando, cada día estoy más seguro de que estamos en manos de psicópatas. Ya es mala suerte, si dicen que sobre un 4% de la población mundial (1 de cada 25 personas, ¡casi nada!) es psicópata. ¿Porqué parece que estén todos juntitos en La Moncloa, el Consejo de Ministros, la CEOE o en las entidades bancarias? Estoy seguro de que pululan más
Yo creía que un psicópata era un loco asesino y sádico malcarado, pero no siempre es así, dicen que algunos además llevan barba. Suelen ser personas introspectivas, hurañas que se esconden detrás de un plasma para evitar preguntas inoportunas, salvo que las circunstancias les obliguen a sacar a pasear su gran inteligencia, en especial para mentir como condenados, sin inmutarse. Tienen gancho para camelar al prójimo aunque cuidado porque si los dejas ir pueden llegar a ser verdaderos monstruos como Mussolini o el mismo Hitler
El otro día una psicóloga, parapetada detrás del DSM V, me dijo que la psicopatía es un trastorno permanente de la personalidad interna y del comportamiento social con principio en la adolescencia y con un componente genético (heredado) y otro epigenético (ambiental), me dejó aplatanado con los palabros, lo admito. También dijo que esto no es un trastorno mental semejante a la esquizofrenia o a la depresión. Lo sabía, porque esas ya las padecemos nosotros, los que sufrimos los efectos a diario. Además, como es estable a lo largo del tiempo, dura todas las legislaturas que haga falta y aunque algunos ministros no lo manifiesten, debería producirles malestar y perjuicios. Ese aspecto no lo tengo claro, tendré que volver y preguntar si es así.
Los psicópatas se caracterizan por el desprecio hacia el prójimo y las normas sociales establecidas, llevándolos a ser capaces de perpetrar las leyes más abyectas sólo para hacernos sufrir por capricho. Son conscientes de sus acciones y les gusta pisotear como hipopótamo en una huevería los derechos y sentimientos de los que hemos caído en sus manos, así por las buenas, sin remordimientos. Algunos bajo sus grandes cejas y su ausencia total de principios morales, aunque simulen tenerlos en abundancia, son capaces de no inmutarse al arruinar la vida a mujeres que no pueden o no deben ser madres. Carecen de toda empatía lo que se traduce en perversas leyes de la dependencia, recortes sádicos en pensiones o en eutanasia encubierta por el copago sanitario valiéndose de todo tipo de justificaciones aunque no tengan sentido (como el que no hay dinero cuando De Guindos dijo que sí tenía para olimpiadas) o se las guarden porque total para ellos, los psicópatas, no somos más que objetos útiles a los que sablear el poco dinero que nos queda con impuestos y recortes. Su falta de sentimientos de culpa les hace no tener inconveniente en entregarse al saqueo montando burdas estafas, ya sea Gürteles, Barcenas, Fondos de Reptiles, EREs o Noos y salir a la calle con una sonrisa Profident mostrándose como incomprendidos, víctimas del estado de la sociedad que han heredado de gobiernos anteriores. ¿Cuántos de nuestros políticos tienen estos síntomas? Igual habría que plantearse el someterlos a un examen psiquiátrico antes de presentarse como candidato, seguro que así nos ahorrábamos más de un disgusto.
20 Claves para detectar a un psicópata