Los temores de que Roma desaparezca repentinamente por un terremoto apocalíptico desató el pánico en algunos sectores de la capital y también es fuente de simpáticos cotilleos de expertos, técnicos y gente común tras la profecía elaborada por Raffaele Bendandi, fallecido a los 86 años en 1979 y basada en sus propias teorías sobre la posición de los planetas.
La Protección Civil ha recibido cientos de llamadas para pedir información, mientras la alcaldía de la capital creó un número verde para tranquilizar a la población.El temor es tal, que el barrio chino se vació y se calcula que un 20% de los habitantes no asistirán al trabajo o evitarán ir al colegio. Según la asociación de agricultores Coldiretti, se ha registrado un aumento anómalo para el miércoles del número de reservaciones de habitaciones en haciendas campestres turísticas de los pueblos aledaños a Roma.
Numerosas tiendas, sobre todo del barrio Esquilino, han colgado ya el cartel de cerrado por inventario o por razones de salud o familiares. Otros, tientan la suerte jugando a la lotería Superenalotto con los números claves del sismo o simplemente apuestan. "Si no nos morimos, al menos nos divertimos", comentó en dialecto romano el dueño de una de las agencias de apuestas.