La incautación masiva de inmuebles que protagonizó en Madrid el PSOE, que organizó en nombre propio la explotación de los inmuebles incautados. Así, el diputado del PSOE Enrique de Francisco “expropió” cerca de un millar de pisos, reemplazando a los antiguos propietarios en el cobro. Una forma de financiar el partido que equivalía a financiar las checas. El escándalo más sonado de delitos económicos en el contexto del Terror fue el de Agapito García Atadell, militante socialista y simpatizante de Prieto que se instaló como “chequista libre” en un hotel incautado en la calle Martínez de la Rosa, creando una unidad llamada Milicias Populares de Investigación, con cuarenta y ocho agentes. Su actividad era puramente la “caza del hombre”: a partir de listas facilitadas por el Ministerio de la Gobernación, los chequistas perseguían, detenían y mataban, robando después los bienes de las víctimas. Así llegó a acumular una importante fortuna entre el aplauso general. La prensa del Frente Popular jaleaba sus logros: “Organismos regenerados: la nueva policía de la República”, proclamaba el diario “Política” el 30 de septiembre de 1936. Negrín, a medida que se agotaba el “oro de Moscú”, puso en marcha otras dos fuentes de recursos financieros a partir del verano de 1938 con el saqueo generalizado de bienes particulares y del patrimonio artístico e histórico español, incluidos los ahorros guardados por los ciudadanos más humildes en los montes de piedad. Esas labores produjeron un inmenso botín de joyas, obras de arte, colecciones numismáticas y hasta filatélicas, libros antiguos, relojes valiosos, ropajes, utensilios de culto, etc. Para ese pillaje, Negrín contó con “Los cien mil hijos de Negrín”, cuerpo de Carabineros que convirtió en una suerte de ejército privado, con equipamiento de primer orden. Gran parte de este expolio fue a parar al famoso yate Vita, cuyo tesoro fue valorado por el propio Negrín en 40 millones de dólares de la época, aunque pudo superar los cien millones de dólares. Negrín tuvo una cuenta en el Eurobank de París con un saldo de 360 millones de francos. En marzo de 1939, poco antes del final de la guerra, el tesoro del yate Vita embarcará en Francia camino de México. La mayor parte de la carga consistirá en más de cien grandes maletas que adquirieron en París unos empleados socialistas del Banco de España. Prieto se las ingeniará para ser él quien controle su preciosa y valiosa carga. El Estado español, como en el caso del oro de Moscú, no recuperaría nada de ese inmenso tesoro expoliado por los socialistas. Tras décadas de ostracismo, el PSOE saltaba al ruedo después de haberse renovado en octubre de 1974, en el congreso de Suresnes, cerca de París. Contaba con respaldo financiero de la socialdemocracia alemana y de otros orígenes muy oscuros y siniestros, como el millón de marcos recibido del empresario alemán Flick, que dio lugar a una comisión parlamentaria para investigar esa escandalosa financiación. Flick fue condenado por el Tribunal de Núremberg como criminal de guerra nazi y su representante era hijo de un general que fue jefe del estado mayor de Hitler. Con la llegada de Felipe González, el PSOE reabrió la verja de Gibraltar en 1982 sin la menor contraprestación, volviendo a convertir Gibraltar en un espléndido negocio de contrabando muy beneficioso para Inglaterra y deprimente para el entorno español del peñón. Alfonso Guerra asesinaba a Montesquieu en 1985 y acababa con la independencia del poder judicial, hiriendo de muerte la democracia. El terrorismo de Estado del GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) bajo la presidencia de Felipe González, que ocasionaron 27 asesinatos entre 1983 y 1987. El caso Rumasa, el caso Filesa, el caso Guerra, el caso Valverde, el caso Roldán, el caso Urralburu, el caso Otano, el caso Ibercorp… y todos los demás casos que parecen el catálogo de una serie negra dedicada al misterio y al terror. Llegado Zapatero al poder tras el mayor atentado terrorista de la historia de España, de intencionalidad y autoría aún desconocidas, trae la Ley de Memoria Histórica, que niega toda legitimidad al régimen de Franco y, como consecuencia, la ilegitimidad de la democracia, la monarquía y la Constitución actuales, imponiendo la ruptura y el enlace con el Frente Popular. Un manifiesto firmado por numerosos intelectuales e historiadores señalaba: “La Ley de Memoria Histórica alcanza extremos de perversión ética y legal al igualar víctimas inocentes con asesinos y ladrones de las chekas…”. La aberrante Alianza de las Civilizaciones, el pacto del Tinell de 2003, las oleadas de corrupción, los ataques a la libertad de expresión, el acoso y asalto a multitud de sedes del Partido Popular durante la jornada de reflexión tras el 11M, las reuniones mantenidas con ETA después de que Zapatero firmara el Pacto Antiterrorista, El caso Faisán y su chivatazo a ETA, la práctica liquidación de la democracia en Cataluña y Vascongadas… Todo se condensa y cabe en la frase de Zapatero en el Senado, en noviembre de 2004: “La nación española es un concepto discutido y discutible”. Hoy, con Pedro Sánchez como líder, el acercamiento del PSOE al populismo marxista de Podemos y a los partidos independentistas y antisistema es un hecho. Su radicalismo es cada vez más extremo y amenaza con un nuevo Frente Popular. La última traición del PSOE de Sánchez ha sido ceder cuatro diputados a ERC y Convergencia para que puedan formar grupo en el Senado, favoreciendo y auxiliando a los dos partidos independentistas, que tendrán más dinero para sus actividades ilegítimas y más capacidad de participación en los plenos para apoyar su lucha contra España. Todo vale con tal de arrinconar a los partidos que defienden la Constitución, Partido Popular y Ciudadanos, a los que se aplica un nuevo cordón sanitario. Como ya pasó en 1936, el PSOE va camino de acabar fagocitado y absorbido por los comunistas de Podemos, con las trágicas consecuencias que sabemos. Julián Marías señaló que un lastre del PSOE consiste en su visión negativa de nuestra historia. En esa visión negativa y distorsionada coincidían casi todas las fuerzas de izquierda, y también en la pretensión, realmente vanidosa, de estar llamadas a reinventar o refundar una nación con casi dos milenios de historia, sustituyendo la moderación por la exaltación y la evolución por el trastorno. Hermann Tertsch publicaba en ABC, el 17 de noviembre de 2015, un artículo titulado “En la duda, con el enemigo”, refiriéndose a que en la duda, el PSOE de Sánchez elegía posicionarse con el enemigo del Estado español. Pero los hechos y datos de la historia del PSOE demuestran que no hay ninguna duda: siempre están apoyando y reforzando a los enemigos de España. Así es la verdadera y siniestra historia del Partido Socialista Obrero Español.
PSOE: 137 AÑOS DE GOLPISMO, CRIMEN Y CORRUPCIÓN (Parte 4ª), por @PepeWilliamMunn
Publicado el 22 enero 2016 por Catalega @Catalega
Y llegamos a la cuarta y última entrega de la magnífica colaboración de José Quijada en
Desde el Caballo de las Tendillas en la que, a lo largo de estos últimos cuatro
días, nos ha hablado de los 137 años del PSOE. Un interesante artículo que hoy
llega a su fin…
La incautación masiva de inmuebles que protagonizó en Madrid el PSOE, que organizó en nombre propio la explotación de los inmuebles incautados. Así, el diputado del PSOE Enrique de Francisco “expropió” cerca de un millar de pisos, reemplazando a los antiguos propietarios en el cobro. Una forma de financiar el partido que equivalía a financiar las checas. El escándalo más sonado de delitos económicos en el contexto del Terror fue el de Agapito García Atadell, militante socialista y simpatizante de Prieto que se instaló como “chequista libre” en un hotel incautado en la calle Martínez de la Rosa, creando una unidad llamada Milicias Populares de Investigación, con cuarenta y ocho agentes. Su actividad era puramente la “caza del hombre”: a partir de listas facilitadas por el Ministerio de la Gobernación, los chequistas perseguían, detenían y mataban, robando después los bienes de las víctimas. Así llegó a acumular una importante fortuna entre el aplauso general. La prensa del Frente Popular jaleaba sus logros: “Organismos regenerados: la nueva policía de la República”, proclamaba el diario “Política” el 30 de septiembre de 1936. Negrín, a medida que se agotaba el “oro de Moscú”, puso en marcha otras dos fuentes de recursos financieros a partir del verano de 1938 con el saqueo generalizado de bienes particulares y del patrimonio artístico e histórico español, incluidos los ahorros guardados por los ciudadanos más humildes en los montes de piedad. Esas labores produjeron un inmenso botín de joyas, obras de arte, colecciones numismáticas y hasta filatélicas, libros antiguos, relojes valiosos, ropajes, utensilios de culto, etc. Para ese pillaje, Negrín contó con “Los cien mil hijos de Negrín”, cuerpo de Carabineros que convirtió en una suerte de ejército privado, con equipamiento de primer orden. Gran parte de este expolio fue a parar al famoso yate Vita, cuyo tesoro fue valorado por el propio Negrín en 40 millones de dólares de la época, aunque pudo superar los cien millones de dólares. Negrín tuvo una cuenta en el Eurobank de París con un saldo de 360 millones de francos. En marzo de 1939, poco antes del final de la guerra, el tesoro del yate Vita embarcará en Francia camino de México. La mayor parte de la carga consistirá en más de cien grandes maletas que adquirieron en París unos empleados socialistas del Banco de España. Prieto se las ingeniará para ser él quien controle su preciosa y valiosa carga. El Estado español, como en el caso del oro de Moscú, no recuperaría nada de ese inmenso tesoro expoliado por los socialistas. Tras décadas de ostracismo, el PSOE saltaba al ruedo después de haberse renovado en octubre de 1974, en el congreso de Suresnes, cerca de París. Contaba con respaldo financiero de la socialdemocracia alemana y de otros orígenes muy oscuros y siniestros, como el millón de marcos recibido del empresario alemán Flick, que dio lugar a una comisión parlamentaria para investigar esa escandalosa financiación. Flick fue condenado por el Tribunal de Núremberg como criminal de guerra nazi y su representante era hijo de un general que fue jefe del estado mayor de Hitler. Con la llegada de Felipe González, el PSOE reabrió la verja de Gibraltar en 1982 sin la menor contraprestación, volviendo a convertir Gibraltar en un espléndido negocio de contrabando muy beneficioso para Inglaterra y deprimente para el entorno español del peñón. Alfonso Guerra asesinaba a Montesquieu en 1985 y acababa con la independencia del poder judicial, hiriendo de muerte la democracia. El terrorismo de Estado del GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) bajo la presidencia de Felipe González, que ocasionaron 27 asesinatos entre 1983 y 1987. El caso Rumasa, el caso Filesa, el caso Guerra, el caso Valverde, el caso Roldán, el caso Urralburu, el caso Otano, el caso Ibercorp… y todos los demás casos que parecen el catálogo de una serie negra dedicada al misterio y al terror. Llegado Zapatero al poder tras el mayor atentado terrorista de la historia de España, de intencionalidad y autoría aún desconocidas, trae la Ley de Memoria Histórica, que niega toda legitimidad al régimen de Franco y, como consecuencia, la ilegitimidad de la democracia, la monarquía y la Constitución actuales, imponiendo la ruptura y el enlace con el Frente Popular. Un manifiesto firmado por numerosos intelectuales e historiadores señalaba: “La Ley de Memoria Histórica alcanza extremos de perversión ética y legal al igualar víctimas inocentes con asesinos y ladrones de las chekas…”. La aberrante Alianza de las Civilizaciones, el pacto del Tinell de 2003, las oleadas de corrupción, los ataques a la libertad de expresión, el acoso y asalto a multitud de sedes del Partido Popular durante la jornada de reflexión tras el 11M, las reuniones mantenidas con ETA después de que Zapatero firmara el Pacto Antiterrorista, El caso Faisán y su chivatazo a ETA, la práctica liquidación de la democracia en Cataluña y Vascongadas… Todo se condensa y cabe en la frase de Zapatero en el Senado, en noviembre de 2004: “La nación española es un concepto discutido y discutible”. Hoy, con Pedro Sánchez como líder, el acercamiento del PSOE al populismo marxista de Podemos y a los partidos independentistas y antisistema es un hecho. Su radicalismo es cada vez más extremo y amenaza con un nuevo Frente Popular. La última traición del PSOE de Sánchez ha sido ceder cuatro diputados a ERC y Convergencia para que puedan formar grupo en el Senado, favoreciendo y auxiliando a los dos partidos independentistas, que tendrán más dinero para sus actividades ilegítimas y más capacidad de participación en los plenos para apoyar su lucha contra España. Todo vale con tal de arrinconar a los partidos que defienden la Constitución, Partido Popular y Ciudadanos, a los que se aplica un nuevo cordón sanitario. Como ya pasó en 1936, el PSOE va camino de acabar fagocitado y absorbido por los comunistas de Podemos, con las trágicas consecuencias que sabemos. Julián Marías señaló que un lastre del PSOE consiste en su visión negativa de nuestra historia. En esa visión negativa y distorsionada coincidían casi todas las fuerzas de izquierda, y también en la pretensión, realmente vanidosa, de estar llamadas a reinventar o refundar una nación con casi dos milenios de historia, sustituyendo la moderación por la exaltación y la evolución por el trastorno. Hermann Tertsch publicaba en ABC, el 17 de noviembre de 2015, un artículo titulado “En la duda, con el enemigo”, refiriéndose a que en la duda, el PSOE de Sánchez elegía posicionarse con el enemigo del Estado español. Pero los hechos y datos de la historia del PSOE demuestran que no hay ninguna duda: siempre están apoyando y reforzando a los enemigos de España. Así es la verdadera y siniestra historia del Partido Socialista Obrero Español.
La incautación masiva de inmuebles que protagonizó en Madrid el PSOE, que organizó en nombre propio la explotación de los inmuebles incautados. Así, el diputado del PSOE Enrique de Francisco “expropió” cerca de un millar de pisos, reemplazando a los antiguos propietarios en el cobro. Una forma de financiar el partido que equivalía a financiar las checas. El escándalo más sonado de delitos económicos en el contexto del Terror fue el de Agapito García Atadell, militante socialista y simpatizante de Prieto que se instaló como “chequista libre” en un hotel incautado en la calle Martínez de la Rosa, creando una unidad llamada Milicias Populares de Investigación, con cuarenta y ocho agentes. Su actividad era puramente la “caza del hombre”: a partir de listas facilitadas por el Ministerio de la Gobernación, los chequistas perseguían, detenían y mataban, robando después los bienes de las víctimas. Así llegó a acumular una importante fortuna entre el aplauso general. La prensa del Frente Popular jaleaba sus logros: “Organismos regenerados: la nueva policía de la República”, proclamaba el diario “Política” el 30 de septiembre de 1936. Negrín, a medida que se agotaba el “oro de Moscú”, puso en marcha otras dos fuentes de recursos financieros a partir del verano de 1938 con el saqueo generalizado de bienes particulares y del patrimonio artístico e histórico español, incluidos los ahorros guardados por los ciudadanos más humildes en los montes de piedad. Esas labores produjeron un inmenso botín de joyas, obras de arte, colecciones numismáticas y hasta filatélicas, libros antiguos, relojes valiosos, ropajes, utensilios de culto, etc. Para ese pillaje, Negrín contó con “Los cien mil hijos de Negrín”, cuerpo de Carabineros que convirtió en una suerte de ejército privado, con equipamiento de primer orden. Gran parte de este expolio fue a parar al famoso yate Vita, cuyo tesoro fue valorado por el propio Negrín en 40 millones de dólares de la época, aunque pudo superar los cien millones de dólares. Negrín tuvo una cuenta en el Eurobank de París con un saldo de 360 millones de francos. En marzo de 1939, poco antes del final de la guerra, el tesoro del yate Vita embarcará en Francia camino de México. La mayor parte de la carga consistirá en más de cien grandes maletas que adquirieron en París unos empleados socialistas del Banco de España. Prieto se las ingeniará para ser él quien controle su preciosa y valiosa carga. El Estado español, como en el caso del oro de Moscú, no recuperaría nada de ese inmenso tesoro expoliado por los socialistas. Tras décadas de ostracismo, el PSOE saltaba al ruedo después de haberse renovado en octubre de 1974, en el congreso de Suresnes, cerca de París. Contaba con respaldo financiero de la socialdemocracia alemana y de otros orígenes muy oscuros y siniestros, como el millón de marcos recibido del empresario alemán Flick, que dio lugar a una comisión parlamentaria para investigar esa escandalosa financiación. Flick fue condenado por el Tribunal de Núremberg como criminal de guerra nazi y su representante era hijo de un general que fue jefe del estado mayor de Hitler. Con la llegada de Felipe González, el PSOE reabrió la verja de Gibraltar en 1982 sin la menor contraprestación, volviendo a convertir Gibraltar en un espléndido negocio de contrabando muy beneficioso para Inglaterra y deprimente para el entorno español del peñón. Alfonso Guerra asesinaba a Montesquieu en 1985 y acababa con la independencia del poder judicial, hiriendo de muerte la democracia. El terrorismo de Estado del GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) bajo la presidencia de Felipe González, que ocasionaron 27 asesinatos entre 1983 y 1987. El caso Rumasa, el caso Filesa, el caso Guerra, el caso Valverde, el caso Roldán, el caso Urralburu, el caso Otano, el caso Ibercorp… y todos los demás casos que parecen el catálogo de una serie negra dedicada al misterio y al terror. Llegado Zapatero al poder tras el mayor atentado terrorista de la historia de España, de intencionalidad y autoría aún desconocidas, trae la Ley de Memoria Histórica, que niega toda legitimidad al régimen de Franco y, como consecuencia, la ilegitimidad de la democracia, la monarquía y la Constitución actuales, imponiendo la ruptura y el enlace con el Frente Popular. Un manifiesto firmado por numerosos intelectuales e historiadores señalaba: “La Ley de Memoria Histórica alcanza extremos de perversión ética y legal al igualar víctimas inocentes con asesinos y ladrones de las chekas…”. La aberrante Alianza de las Civilizaciones, el pacto del Tinell de 2003, las oleadas de corrupción, los ataques a la libertad de expresión, el acoso y asalto a multitud de sedes del Partido Popular durante la jornada de reflexión tras el 11M, las reuniones mantenidas con ETA después de que Zapatero firmara el Pacto Antiterrorista, El caso Faisán y su chivatazo a ETA, la práctica liquidación de la democracia en Cataluña y Vascongadas… Todo se condensa y cabe en la frase de Zapatero en el Senado, en noviembre de 2004: “La nación española es un concepto discutido y discutible”. Hoy, con Pedro Sánchez como líder, el acercamiento del PSOE al populismo marxista de Podemos y a los partidos independentistas y antisistema es un hecho. Su radicalismo es cada vez más extremo y amenaza con un nuevo Frente Popular. La última traición del PSOE de Sánchez ha sido ceder cuatro diputados a ERC y Convergencia para que puedan formar grupo en el Senado, favoreciendo y auxiliando a los dos partidos independentistas, que tendrán más dinero para sus actividades ilegítimas y más capacidad de participación en los plenos para apoyar su lucha contra España. Todo vale con tal de arrinconar a los partidos que defienden la Constitución, Partido Popular y Ciudadanos, a los que se aplica un nuevo cordón sanitario. Como ya pasó en 1936, el PSOE va camino de acabar fagocitado y absorbido por los comunistas de Podemos, con las trágicas consecuencias que sabemos. Julián Marías señaló que un lastre del PSOE consiste en su visión negativa de nuestra historia. En esa visión negativa y distorsionada coincidían casi todas las fuerzas de izquierda, y también en la pretensión, realmente vanidosa, de estar llamadas a reinventar o refundar una nación con casi dos milenios de historia, sustituyendo la moderación por la exaltación y la evolución por el trastorno. Hermann Tertsch publicaba en ABC, el 17 de noviembre de 2015, un artículo titulado “En la duda, con el enemigo”, refiriéndose a que en la duda, el PSOE de Sánchez elegía posicionarse con el enemigo del Estado español. Pero los hechos y datos de la historia del PSOE demuestran que no hay ninguna duda: siempre están apoyando y reforzando a los enemigos de España. Así es la verdadera y siniestra historia del Partido Socialista Obrero Español.