Parece que tras una época en la que dejó de comerse, chefs como Jamie Olivier lo devolvieron a las cartas de los restaurantes y a las cocinas británicas. Yo creo que nunca debería de haberse olvidado porque es un postre que a pesar de ser humilde en sus ingredientes y de fácil realización es muy apreciado por todos los comensales.
INGREDIENTES:
4 Huevos
500 g de nata
500 g de leche
180 g de azúcar morena
16 rebanadas de pan de molde integral
150 g de mantequilla temperatura ambiente
un puñado de pasas
un puñado de cerezas desecadas
un chorrito de extracto de vaina
MODO DE HACER:
1. Batir los huevos con la mitad del azúcar, añadir la nata, la leche y el extracto de vainilla mezclando todo con una varilla manual y reservar.
2. Untar las rebanadas de pan por los dos lados con mantequilla
3. Partir los cuadrados de pan por la mitad en triángulos.
4. Acomodar en una fuente rectangular la mitad de las rebanadas del pan en una capa montando un poco unos encima de otros.
5. Echar por encima la mitad del azúcar reservado, la mitad de las cerezas y la mitad de las pasas.
6. Cubrir con la mitad de la mezcla de los huevos reservando el resto.
7. Poner otra capa con el resto de los triángulos de pan ordenándolos en la dirección contraria a la anterior.
8. Echar por encima el resto del azúcar, de las cerezas y las pasas y cubrir con el resto del líquido.
9. Meter en el horno precalentado a 180ºC sobre unos 40 minutos aproximadamente.
Y ya tenemos nuestro pudin de pan y mantequilla. La verdad es que queda un postre muy suave y sabroso.
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