Larache (Marruecos). Foto: Mohamed Benmessouda
La ola, que sigue creciendo en los países árabes, iniciada con éxito en Túnez y Egipto, amenaza con llevarse por delante miles de vidas de ciudadanos que están reclamando sus derechos desde la no violencia. Un auténtico efecto dominó.La policía y el ejército están haciendo estragos en Libia (300 muertos, centenares de heridos), Yemen (12 muertos), Barhéin (7 muertos). Sumados a los 365 muertos en Egipto (5.500 heridos), más de 200 muertos en Túnez (519 heridos), se acercan al millar de víctimas mortales. Lo relata Hernan Zin en su blog.
Hoy, Gadafi, el dictador libio, después de bombardear desde el aire a sus ciudadanos, enviar mercenarios a matar indiscriminadamente, ignorando las dimisiones de su ministro de justicia y de varios embajadores libios, que han denunciado la masacre en su país, ha lanzado un discurso que no tiene nada que envidiar a un Hitler o un Stalin en sus mejores tiempos. "Moriré como un mártir", anunciaba.
No sólo no ha dimitido, sino que ha amenazado a la población con cortarles el suministro de agua y electricidad, la pena de muerte para los manifestantes, que según Gadafi son "jóvenes drogados y borrachos". Recomienda a los jóvenes que no estén apoyando a los "alborotadores", que se pongan un brazalete verde y que "salgan a las calles para defender los logros de la revolución, el petróleo y la moral".
La gente de Marruecos tampoco lo tiene fácil. Me comenta un amigo de Rabat que hay alborotadores que están creando el caos en nombre del rey, para desprestigiar a los manifestantes pacíficos. El Ventano publica un video donde las furgonetas de la policía en Tánger persiguen, de forma absurda, a manifestantes a pie...
Mapa de los conflictos, según el diario 20 Minutos:
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