La próstata es un órgano interno situado junto con varias funciones relacionadas con la producción de semen. Con el paso del tiempo y la entrada en la vida adulta, el sedentarismo y la falta de deporte o la abundante ingesta de calorías y grasas pueden provocar un aumento de su tamaño, causando molestias e inflamaciones que muchas necesitan ser tratadas quirúrgicamente.
¿Afecta el ciclismo a la próstata? Aunque no hay una gran cantidad de documentos y estudios relacionados con el tema, la realidad es que no se han encontrado una relación directa entre la práctica del ciclismo y las lesiones de próstata.
Así las cosas, existen algunos estudios realizados en hombres de 50 a 70 años que sí detectaron valores ligeramente aumentados de PSA (análisis del antígeno prostático específico, nombre del examen de próstata) tras la práctica del ciclismo en un grupo reducido de personas. La conclusión es difícil: a partir de los 50 años, y si existe predisposición a sufrir problemas prostáticos quizá sea conveniente moderar la práctica del ciclismo. Sin embargo, ¿es verdad que el ciclismo aumenta la dolencia de próstata? Nada apunta a ello, en un principio.
Otros estudios han comparado los valores de testosterona de un grupo de ciclistas frente a un grupo de hombres de la misma edad que no practicaban ciclismo. No se encontraron diferencias sustanciales.
¿Influye la elección del sillín en la próstata? Más que la posición sobre sillín, más bien puede influir una mala colocación del mismo. Si la punta del sillín está más elevada que la parte trasera estaremos incrementando la presión sobre el perineo de forma considerable. Un sillín demasiado alto aumenta en gran medida la presión sobre la zona en cuestión. Igualmente, la posición del tronco influye en este sentido, puesto que cuanto más inclinamos el tronco hacia delante más peso pondremos sobre el perineo.
Pero claro, muchos ciclistas encuentran de este modo una posición más aerodinámica para ascender los puertos o contrarrelojear, por lo que la obtención de resultados sí que puede estar con el mal de próstata.
La idea esencial para elegir correctamente un sillín que no nos dañe la próstata es que tenga la forma o la anchura que nos aporte un buen apoyo de los isquiones, que son los huesos de la pelvis que apoyamos sobre el sillín. Cuando el sillín es demasiado estrecho, la presión se dirige más hacia el perineo que hacia los isquiones, con las molestias que esto conlleva. Las aperturas centrales pueden ayudar a eliminar presión en esta zona. Para casos problemáticos se recomiendan los sillines sin punta.