Abraham en Mamre
En el versículo precedente el autor de Génesis, ¿Moisés?, señala que Abraham, debido al bochorno, estaba “sentado en la puerta de su tienda”, “en el valle de Mamre” y… “le apareció Jehová”.Aparecer, del latín apparescĕre, es: manifestarse, dejarse ver, hacer acto de presencia en un lugar; en consecuencia, es obvio, lo que nos indica ¿Moisés? es que Jehová se manifestó-se dejó ver-hizo acto de presencia.Lo señalado en las líneas anteriores, me refiero al versículo en cuestión, está en total discordancia, es contradictorio, por decir lo menos, con lo afirmado por Juan (el bautista), según Juan (el evangelista): Juan 1:1818.- A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.Lo expuesto por Juan el bautista (según Juan el evangelista), no deja lugar a dudas: “A Dios nadie le vio jamás”… y jamás es: nunca, de ningún modo, en absoluto; la oración “A Dios nadie le vio jamás” es, en si y por si misma taxativa.Pero no es esta la única vez que encontramos tal vicio en una sentencia por falta de congruencia, tal absurdo lo podemos apreciar en Génesis 32:24 cuando Jacob (después de luchar “con él un varón”, que resultó ser Dios al cual vence, según lo admite el varón: “porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido” Génesis 32:28) dice: “Vi a Dios cara a cara”, ¿otra contradicción?, veamos cómo lo dice Jacob: Génesis 32:3030.- Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.Jacob en Peniel
A la luz de lo dicho por Juan el evangelista en su “Primera Epístola Universal” podemos concluir que lo mencionado en Génesis 32:30 es una incoherencia (por cierto en otra oportunidad analizaré este pasaje sobre el pugilato de Jacob con Dios). Juan (el evangelista) en esta epístola hace paráfrasis de lo dicho por, según él, Juan el bautista, y dice así: 1ª de Juan 4:1212.- Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.Juan el evangelista ratifica, palabras más palabras menos, lo dicho en Juan 1:18 (al menos es consecuente con su posición): “Nadie ha visto jamás a Dios”, lo cual está en marcada discrepancia con lo señalado en Génesis 32:30 “Vi a Dios cara a cara”, pero no es, ni escasamente, en Génesis, el único libro, donde ¿Moisés? Nos habla de “encuentros del primer tipo con Dios”, También en Deuteronomio nos revela un evento similar cuando Dios, en Horeb, señala al “pueblo escogido” las normas a seguir:Deuteronomio 5:44.- Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte de en medio del fuego.En Horeb
Pero dejemos que sea el mismo Moisés quien impugne lo por él dicho:Éxodo 33:20-2320.- Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.21.- Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña;22.- y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.23.- Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.En verdad esto suena a “Ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario”, en Deuteronomio 5:4 dice Moisés: “Cara a cara habló Jehová con vosotros” pero en Éxodo 33:20 acota el mismo Moisés: “No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá”, si esto no es una contradicción… Pero siempre podemos recurrir al inefable, y nunca bien ponderado Juan el evangelista, el cual nos declara: Juan 6:4646.- No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre.Y esto que acabas de leer, amigo visitante, no es dicho por Juan el evangelista, según él, esta es la respuesta que Jesús/El Cristo/Dios da a los judíos cuando murmuraban de él (de Jesús/El Cristo/Dios).Suponiendo que el testimonio de los “Juanes” (el bautista y el evangelista) no fuese suficiente, contamos con lo dicho por el “Apóstol de los gentiles”, Saulo/Pablo/San Pablo, quien en su “Primera Epístola a Timoteo” dice: 1ª de Timoteo 1:1717.- Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.“Invisible”, que no puede ser visto, que rehúye ser visto, y así lo ratifica en:1ª de Timoteo 6:1616.- el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. AménSaulo/Pablo/San Pablo es preciso cuando nos dice enfáticamente: “a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver”.En Hebreos, epístola anónima atribuida a Saulo/Pablo/San Pablo, también nos encontramos con el calificativo de “invisible” refiriéndose a Dios: Hebreos 11:2727.- Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.Hasta ahora todos nuestros argumentos han estado dirigidos al aspecto referido a la “invisibilidad” de Dios, pero también en el aspecto “sonoro” encontramos contradicciones en este “libro inspirado por Dios”:Génesis 3:8-9