Como siempre, la publicidad en la televisión y la radio son los que anuncian que está iniciando la temporada de las fiestas de navidad, y en las redes sociales se inician publicaciones de todo tipo, y las mas controversiales siempre son las publicaciones de los cristianos evangélicos. Publicaciones que enciende debate sobre si los cristianos deben celebrar la navidad o no.
Así que me he tomado el tiempo para investigar a profundidad sobre el origen de la navidad, del árbol y de todo aquello que se vuelve discusión por estas fechas. Por ello te invito a que sigas leyendo y no te pierdas este valioso artículo que te dará una mayor perspectiva sobre la fiesta navideña. ¿Empezamos?
El origen de la Navidad.
La busque completa de información sobre este tema es difícil porque los orígenes de muchas de nuestras tradiciones son paganas y tan oscuras que sus fuentes de información y a menudo se contradicen entre ellas. Mientras que hay definitivamente raíces paganas en algunas tradiciones, hay muchas más asociadas con el verdadero significado de la Navidad – el nacimiento del Salvador del mundo en Belén. Campanas que tañen para anunciar las buenas nuevas, velas que se encienden para recordarnos que Cristo es la Luz del Mundo (Juan 1:4-9), una estrella que se coloca en la punta del árbol para conmemorar la estrella de Belén y regalos que se intercambian para recordarnos los obsequios de los reyes magos a Jesús, el mas grande regalo de Dios a la humanidad.
Acerca del Árbol de Navidad.
El árbol de navidad es una de la excusas que usan muchos cristianos para no celebrar la navidad El pasaje más citado es el de Jeremías 10:1-16, pero este pasaje se refiere a cortar árboles, cincelar la madera para hacer un ídolo y después decorarlo con plata y oro con el propósito de inclinarse ante él y adorarlo (véase también Isaías 44:9-18). El pasaje en Jeremías no puede tomarse fuera de contexto y aplicarse como legitimo argumento contra los árboles de Navidad.
¿En qué año nació Jesús?
Lucas menciona otro detalle acerca de nuestra línea de tiempo: "Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años" (Lucas 3:23). Jesús empezó su ministerio durante el tiempo en que Juan el Bautista ministró en el desierto, y el ministerio de Juan comenzó "En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia, y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás" (Lucas 3:1-2).
El único período de tiempo que se adapta a todos estos hechos es en los años 27 - 29 d.C. Si Jesús tenía "unos treinta años de edad" como en el año 27 d.C, entonces dentro de la cronología, encajaría un nacimiento en algún momento entre el año 6 y 4 a.C. Más específicamente, Jesús habría tenido aproximadamente unos 32 años de edad en el momento en que comenzó su ministerio (aún "era como de treinta años").
Finalmente, el teólogo británico James Dunn negó que el nacimiento de Jesús hubiera ocurrido el 24 de diciembre porque, según la descripción evangélica, María envolvió al bebé en pañales y lo acostó en un pesebre, mientras que el clima de la localidad palestina de Belén no permite que un bebé recién nacido esté de ese modo a finales de año. Para reforzar su punto de vista, Dunn propone al lector que consulte qué temperaturas registra la zona en Nochebuena.
¿Deben los cristianos celebrar navidad?
El Apóstol Pablo nos enseña lo siguiente en Romanos 14:6-10 que puede ser aplicado al tema de la navidad:
El que guarda cierto día, para el Señor lo guarda. El que come, para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo. Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. Por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O también, tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios.
Pablo nos recuerda lo que en verdad importa: glorificar a Dios. Independientemente de si celebras o no celebras, no eres mejor o peor creyente. Dios ve tu corazón (algo de mucho peso). Dios no se centra en si celebras, sino por qué celebras.
Algunos hermanos, por razones legitimas, han decidido abstenerse de celebrar la navidad. Esa es una libertad que la Biblia otorga. Uno de los grandes ejemplos cristianos que se han abstenido de esta celebración navideña son los Puritanos.
Algunos ejemplos bíblicos para celebrar navidad.
1.- El ejemplo de los Ángeles
Cuando Jesús nació el cielo enteró festejó. Los ángeles lo hicieron con un canto, y siendo que los ángeles son mensajeros de Dios, y que solamente hacen lo que Dios les manda, podemos inferir que Dios también celebró el nacimiento de su Hijo.
Por cierto, los pastores también celebraron el nacimiento del Mesías."Y los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho" (Lc. 2:20).
2.- El ejemplo de los Magos
Puedes decir quizá: "Pero los magos vinieron a adorar, no a celebrar". Sin embargo, celebrar y adorar no son dos conceptos opuestos. De hecho, en las siete fiestas judías, adorar y celebrar eran dos cosas que se hacían juntas. "Y sucederá que todo sobreviviente de todas las naciones que fueron contra Jerusalén subirán de año en año para adorar al Rey, Señor de los ejércitos, y para celebrar la Fiesta de los Tabernáculos" (Zac. 14:16).
3.- El ejemplo de Jesucristo
Leemos lo siguiente: "En esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús andaba por el templo, en el pórtico de Salomón" (Jn. 10:22-23). ¿Qué hacía Jesús en el templo? Celebrando, por supuesto.
Podemos notar en la cita anterior que se estaba celebrando la fiesta de la dedicación, la cual no estaba autorizada por la Escrituras Hebreas. Esta fiesta se había instituido en el transcurso del periodo entre los dos testamentos, para marcar la rededicación del templo después de ser desecrado por Antíoco Epifanes en el 164 a.C.
La fiesta de la dedicación era celebrada por los judíos ya que era algo digno de celebrarse. Jesucristo, siendo judío, la celebró. Nosotros no somos judíos, así que no tenemos por qué celebrar esta fiesta. Además, el Nuevo Testamento es claro en el libro de Hebreos que toda celebración del Templo, con sus rituales y fiestas, se han cumplido por y en Jesucristo. Sin embargo en Jesucristo ─tal como este ejemplo─ tenemos el derecho de celebrar algo digno de celebrarse.
En Conclusión
No puedes prejuzgar a nadie ni condenarlo basándote en la opinión acerca de algo. Tampoco puedes usar argumentos de las llamadas fiestas paganas cuando en realidad todo a nuestro alrededor, incluso los días, tienen origen pagano.Descubrimos también que no existe un mandato bíblico para celebrar navidad, pero tampoco hay uno donde lo prohíba. Por lo tanto, queda a nuestra libertad elegir celebrar o no celebrar. Tal como lo hemos aprendido en los ejemplos de los ángeles, los pastores, y Jesucristo ─incluso el ejemplo de Pablo en su carta a los Romanos─, podemos celebrar algo digno de ser celebrado, y que mejor que haciéndolo en memoria del nacimiento del Rey de Reyes.