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¿Pueden la depresión y el estrés durante el embarazo provocar autismo en los bebés?

Por Davidsaparicio @Psyciencia

La salud mental materna podría influir en el desarrollo neurocognitivo de su descendencia. A la vez, los genes tienen un papel importante en el desarrollo.

Aunque los rasgos del trastorno del espectro autista no aparecen hasta los primeros años de vida, los meses en el útero pueden preparar el escenario para la interacción entre los genes y el medio ambiente. 

  • El estado físico de una persona embarazada puede afectar el desarrollo del feto. Por ejemplo, la diabetes gestacional puede aumentar la posibilidad de que un bebé desarrolle diabetes en el futuro (Zhuang et al., 2020). Esto también podría aplicarse a la salud mental y aspectos del desarrollo del bebé.
  • Un estudio que incluyó a 194.494 parejas madre-hijo, reveló que la posibilidad de autismo en infantes estaba más influenciada por los síntomas de depresión de la madre durante el embarazo que por el uso de antidepresivos (Hagberg et al., 2018).
    El estudio mostró que tanto la depresión tratada como la no tratada durante el embarazo aumentaban las posibilidades de que un bebé tuviera un trastorno del espectro autista. Sin embargo, los hijos de mujeres que usaron antidepresivos por motivos distintos al tratamiento de la depresión no tenían tanta probabilidad de desarrollar autismo.
    En general, no hay mucha evidencia de que tomar antidepresivos durante el embarazo afecte al bebé de alguna manera.
  • Las investigaciones señalan que la depresión no es el único factor de salud mental que puede influir en la salud mental de un bebé. Los altos niveles de estrés durante el embarazo también pueden estar relacionados con el autismo en infantes (Beversdorf et al., 2018). Esta conexión parece tener el mayor impacto cuando madres y padres experimentan estrés entre las semanas 25 y 28 de embarazo. Según este estudio, la misma conexión puede ser cierta cuando se trata de los niveles de estrés materno y el desarrollo del cerebro del feto.
  • En la misma línea que el estrés crónico, experimentar ser víctima de conductas abusivas por parte de una pareja romántica antes y durante el embarazo también se ha relacionado con una mayor probabilidad de autismo en la descendencia, según un estudio de salud de enfermeras (Roberts et al., 2016). Sus resultados sugieren que cuando una mujer está expuesta al abuso de su pareja en los dos años previos al parto, incluso durante el embarazo, el bebé tiene mayor probabilidad de desarrollar autismo más adelante.
  • El trastorno por uso de sustancias también puede desempeñar un papel en el desarrollo de autismo en infantes según los hallazgos de un estudio hospitalario en el que participaron niñas y niños de entre 6 y 14 años (Sandtorv et al., 2018). El estudio encontró que cuando un feto estuvo expuesto a sustancias como los opioides y drogas ilícitas, las niñas/niños tenían más probabilidades de desarrollar síntomas de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y autismo años después del nacimiento.

¿Puede el autismo ser hereditario?

La heredabilidad se refiere a una medida de cómo los genes dan cuenta de las diferencias en los rasgos de personalidad entre las personas. El puntaje de heredabilidad más alto es 1.0, lo que significa que un rasgo proviene 100% de los genes. La puntuación más baja es 0,0, lo que indica que los genes no están involucrados en absoluto.

La estimación de heredabilidad actual para el trastorno del espectro autista es 0,83 (Beversdorf et al., 2018). Esto significa que el desarrollo del autismo se atribuye en gran medida a las diferencias genéticas.

Sin embargo, no son solo los genes los que determinan cómo se desarrolla el cerebro de un bebé. Otros factores, como el entorno, pueden influir en cómo se expresan los genes de una persona.

La epigenética refiere a cómo el comportamiento y el entorno influyen en cómo funcionan los genes. En otras palabras, tener el gen para un rasgo determinado no significa que siempre se desarrollará el rasgo. Esto depende, en parte, del entorno en el que la persona crece, su temperamento y algunas de sus experiencias.

La investigación ha demostrado que la combinación de genes maternos y factores ambientales durante el embarazo influyen en la probabilidad de que un bebé desarrolle autismo (Bastaki et al., 2020).

¿Se puede detectar el autismo durante el embarazo?

Existen varios tipos de exámenes prenatales, pero ninguno se usa para evaluar el autismo. Algunas de las pruebas que se usan durante el embarazo para seguir el desarrollo del feto incluyen:

  • Análisis de sangre. La sangre extraída de la persona embarazada puede indicar la posibilidad de ciertas afecciones en el bebé, como el síndrome de Down o la espina bífida.
  • Ultrasonido. Una ecografía es una prueba no invasiva que usa sonido para crear imágenes que pueden revelar el desarrollo fetal.
  • Pruebas genéticas fetales. Este tipo de prueba puede verificar los genes del bebé en busca de ciertas diferencias, como cromosomas adicionales.

Al examinar ultrasonidos de embarazos archivados de 659 niños (algunos con autismo), un equipo de investigadores encontró diferencias en el desarrollo en el 29,3% de los niños que luego fueron identificados como autistas (Regev et al., 2022).

En comparación, las diferencias identificadas ocurrieron con menor frecuencia en sus hermanas/os alísticos (no autistas) (15,9 %).

Esto sugiere la posibilidad futura de establecer biomarcadores que puedan identificarse mediante ultrasonido durante el embarazo. Estos podrían ayudar a predecir la posibilidad de que un bebé desarrolle autismo más adelante en la vida.

Referencias bibliográficas:

  • Bastaki, K. N., Alwan, S., & Zahir, F. R. (2020). Maternal Prenatal Exposures in Pregnancy and Autism Spectrum Disorder: An Insight into the Epigenetics of Drugs and Diet as Key Environmental Influences. Advances in Neurobiology, 24, 143-162. https://doi.org/10.1007/978-3-030-30402-7_5
  • Beversdorf, D. Q., Stevens, H. E., & Jones, K. L. (2018). Prenatal Stress, Maternal Immune Dysregulation, and Their Association With Autism Spectrum Disorders. Current Psychiatry Reports, 20(9), 76. https://doi.org/10.1007/s11920-018-0945-4
  • Hagberg, K. W., Robijn, A. L., & Jick, S. (2018). Maternal depression and antidepressant use during pregnancy and the risk of autism spectrum disorder in offspring. Clinical Epidemiology, 10, 1599-1612. https://doi.org/10.2147/CLEP.S180618
  • Regev, O., Hadar, A., Meiri, G., Flusser, H., Michaelovski, A., Dinstein, I., Hershkovitz, R., & Menashe, I. (2022). Association between ultrasonography foetal anomalies and autism spectrum disorder. Brain: A Journal of Neurology. https://doi.org/10.1093/brain/awac008
  • Roberts, A. L., Lyall, K., Rich-Edwards, J. W., Ascherio, A., & Weisskopf, M. G. (2016). Maternal exposure to intimate partner abuse before birth is associated with autism spectrum disorder in offspring. Autism: The International Journal of Research and Practice, 20(1), 26-36. https://doi.org/10.1177/1362361314566049
  • Sandtorv, L. B., Fevang, S. K. E., Nilsen, S. A., Bøe, T., Gjestad, R., Haugland, S., & Elgen, I. B. (2018). Symptoms Associated With Attention Deficit/Hyperactivity Disorder and Autism Spectrum Disorders in School-Aged Children Prenatally Exposed to Substances. Substance Abuse: Research and Treatment, 12, 1178221818765773. https://doi.org/10.1177/1178221818765773
  • Zhuang, W., Lv, J., Liang, Q., Chen, W., Zhang, S., & Sun, X. (2020). Adverse effects of gestational diabetes-related risk factors on pregnancy outcomes and intervention measures. Experimental and Therapeutic Medicine, 20(4), 3361-3367. https://doi.org/10.3892/etm.2020.9050

Fuente: Psychcentral


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