Las crisis buen caldo de cultivo para tentaciones
En muchas ocasiones y sobretodo en tiempos difíciles, directivos y emprendedores se enfrentan a dilemas a morales que en algunos casos pueden rayar incluso lo ilegal. La crisis económica que se está viviendo por consecuencia de la pandemia del COVID-19 es una de las tantas circunstancias que presentan dificultades económicas para las empresas, siendo este caso de gran escala ya que no afecta sólo sectores o regiones particulares sino a toda la cadena productiva mundial en general. Además, no es solo la crisis económica que ya estamos viviendo, sino la incertidumbre que la acompaña, porque realmente no sabemos cuándo va acabar por completo para regresar a la normalidad
La reputación es el pilar de todas tus inversiones
Uno de los activos de mayor valor que puede tener una persona o empresa es su buena reputación, de hecho, es el activo más caro y difícil de conseguir para cualquier emprendedor, sin embargo al mismo tiempo es el más fundamental de todos los demás; sin buena reputación, no importa cuánto dinero invertíamos en publicidad y relaciones públicas, si nuestros clientes o consumidores compran el producto y al final no cumple con sus expectativas, no lo volverán a comprar, hablarán mal de él y costará muchísimo más volverlos a atraer. La buena reputación incluye la confianza en la marca de la empresa para con toda la linea de negocio en la que se encuentra, no solo de un producto específico, esto es, que si empezamos vendiendo seguros de vida podamos contar con la misma confianza de nuestros clientes para vender financiamientos, o cualquier otro instrumento financiero; esto efectivamente es parte de una buena estrategia de posicionamiento.
Ahora bien, toda empresa tiene básicamente tres públicos: los proveedores, los colaboradores y los clientes, en el caso de empresas más grandes, también están los socios inversionistas. Ningún público vale menos que otro y están íntimamente relacionados, si tú dejas de ser confiable para con tus empleados , ellos mismos dejarán de cumplir contigo afectando los procesos que al final llegan al cliente, lo mismo pasará con tus proveedores. Cuando un directivo empieza a acariciar la idea de hacer algo que atentaría contra la confianza ganada en alguno de esos tres públicos, él mismo está empezando a ser poco confiable para si mismo, porque no podemos engañar o incumplir con otros si primero no hemos sido deshonestos con nosotros mismos.
Al ser deshonestos es como bajar unas escaleras, conforme bajamos de escalones. cada vez están más cerca los más bajos
El problema de dar lugar a la deshonestidad aunque sea para pequeñas cosas, es que después se hará más fácil hacerlo con otras más grandes, y sin que nos demos cuenta ya estamos en situaciones que nunca hubiéramos imaginado en antaño.
Pudimos haber sido deshonestos con algún pequeño empleado y sin graves consecuencias en la confianza de nuestros clientes, sin embargo de no rectificar, nos encontramos ya en el camino de ser deshonestos con nuestros clientes y así empezar a perder todo.
Negociar, dialogar, reajustar
Una situación económica difícil significa también tomar medidas, hablar con las partes y llegar a acuerdos, pero siempre con suma transparencia y honestidad.
Como conclusión, las dificultades económicas son y siempre serán incómodas e indeseables, nos obligan a modificar actitudes, hábitos y costumbres que nos cuesta trabajo asimilar, incluso aunque sea de manera temporal, empero la confianza es lo que permite que la sociedad funcione, que podamos comprar en una casa sin verificar metro a metro los cimientos, que podamos comprar medicinas sin tenerlas que llevar a un laboratorio para verificar que en efecto tienen las sustancias que dicen tener, en fin, de que como empresario o directivo puedas vender tus propios productos sin un gasto desproporcionado en publicidad o que puedas lanzar una nueva linea de productos sin invertir de hecho en publicidad porque tus clientes confían en tí. La confianza es más que un activo, es el elemento clave para que podamos vivir en sociedad y desarrollarnos.