Puente de Vauxhall. Javier Sebastian

Publicado el 08 mayo 2014 por Carmina
Creo que todas las que más o menos eramos adolescentes cuando Diana Spencer contrajo matrimonio con el Príncipe de Gales, soñamos que un día nosotras también tendríamos una boda de ensueño y un príncipe para nosotras. Lo que no contábamos era con que ese cuento de hadas no iba a tener el final convencional de: fueron felices y comieron perdices. La sonrisa tímida de la Princesa del pueblo y sus ojos tristes dejaban muy claro que su vida distaba mucho de ser feliz.
No se si fue por esa fastuosa boda que todavía recuerdo, o si por el contrario fue la personalidad de Ladi Di que siempre me atrajo como un imán,  si fue su muerte temprana, o el acoso al que la sometió la prensa, o si por el contrario fue esa faceta de madre abnegada que siempre que podía sacaba a relucir. O quizás fue una conjunción de todos estos factores y alguno más que ahora mismo no recuerdo, pero Diana de Gales me fascinaba, la Princesa del pueblo fue para mí un espejo en el que mirarme, me dolían sus ojos tristes,y sobre todo el miedo que ella confesaba, un miedo que dado el final que tuvo era fundado, ella sabía que una mano negra se cernía sobre ella, que el único camino para que su ex marido cumpliera sus expectativas era desapareciendo ella, y las casualidades eran demasiadas.
Quizás porque cuando ella falleció se apagó una luz, quizás porque siempre fui una firme creyente de un complot organizado desde Buckingham Palace para su desaparición, me sedujo tanto esta novela de Javier Sebastián, que da una vuelta de tuerca a la muerte de Diana de Gales, a ese complot para su asesinato, y todo lo que ello conllevó, y todos los daños colaterales que propició. En ocasiones el ambiente que se respira en la trama es tremendamente opresor, nuestra protagonista no sabe de quien fiarse, el lector se encuentra en una desventaja aún mayor, no sabe que personaje está en cada bando porque todos tienen luces y sombras, algunos más de lo segundo que de lo primero.
He tardado tiempo en reseñar esta novela, porque estaba asentando impresiones, estaba madurando sensaciones, y sobre todo estaba poniendo en orden las miles de ideas que bullían en mi cabeza, porque el rompecabezas se va armando conforme avanza la trama, el lector tiene información sesgada, la misma que parece tener nuestra protagonista, sin embargo conforme avanza la historia somos capaces de darnos cuenta de hasta que punto el ser humano desarrolla el instinto de protección y supervivencia, y en ese camino es capaz de llevarse por delante a sus propios congéneres.
Me ha sorprendido el autor con su prosa y con la forma de estructurar esta novela que me ha parecido compleja, y a la vez completamente adictiva si el tema te interesa. A mi me tuvo pegada a las páginas, descubriendo poco a poco lo que se escondía detrás de la muerte de la Princesa, una teoría que no tiene porque ser la real, pero que no anda muy alejada de las muchas que se han barajado desde aquel fatídico día.
El autor:
Javier Sebastián nació en Zaragoza en 1962, es autor de las novelas La casa del calor, El hombre constante, Historia del invierno, Veinte semanas, y El ciclista de Chernóbil, traducida al italiano, alemán, francés y holandés, incluida en SWR Bestenliste de Alemania, premio Cálamo Libro del año 2011 y elegida por Courrier International entre las diez mejores novelas extranjeras publicadas en Francia en 2013.
Argumento:
La hermana Loretta María Semposki participa en un experimento sobre las grandes memorias del mundo. Junto a los ventanales del colegio de Shaftesbury, una ayudante del coronel Dolado va recogiendo en cuadernos los recuerdos de la monja, en apariencia inocentes. Una vez estudiados, esos cuadernos se destruyen. Salvo unos pocos, que van a parar a una casa de Dunstable, al noroeste de Londres. Pero ahora han desaparecido. Y en sus páginas no solo se lee el relato de una vida, sino algo muy comprometedor. El coronel Dolado, de los servicios secretos, sospecha de una persona de otro departamento y quiere saber que ha descubierto. Para eso le hace creer que la mujer de los cuadernos está de su parte y la manda a su lado.
Empieza el juego ¿Quién engaña a quién? ¿Qué es lo que resulta tan peligroso de las palabras de la hermana Loretta? Lo cierto es que la hermana Loretta era amiga y consejera de la princesa Diana y su narración podría iluminar las zonas oscuras que rodearon su muerte.
A través de una extraordinaria vuelta de tuerca a la novela de espías, Javier Sebastíán consigue urdir un relato clarividente acerca de la identidad y la memoria, la lealtad y el engaño, y confirma con esta obra una trayectoria contundente, una de las mejores sorpresas que pueden esperar los lectores en español.
Mis impresiones:

Nos encontramos ante una novela de espías un tanto peculiar, porque su autor propone una vuelta de tuerca más al género. Pero además nos encontramos ante una novela criminal, si bien yo no la tildaría de negra, si tiene muchos aspectos del género negro, sobre todo la maldad que se esconde en el interior de todos y cada uno de los personajes. Luces y sombras que el lector descubrirá poco a poco, al mismo tiempo que nuestra anónima protagonista que nos cuenta en primera persona sus experiencias o un periodo de su vida.
En un primer momento no acabamos de comprender quien es esta mujer, y que pretende contarnos, porque la novela empieza un tanto descafeinada, con un proyecto de estudio de las mentes humanas y su capacidad para recordar u olvidar cosas. Y en ese campo la hermana Loretta Maria es un fenómeno, tiene una memoria prodigiosa, inalterable ante cualquier fármaco que potencie la amnesia. Lo que parece ser un experimento inofensivo esconde un gran secreto, el interés de los servicios secretos, o parte de su personal en averiguar que recuerda la hermana sobre los días, e incluso meses previos a la muerte de la Princesa Diana de Gales.
En un primer momento y aunque narrada en primera persona la trama transcurre con lentitud, con una monja que va desgranando recuerdos desordenados que una agente recoge en cuadernos. Sin embargo esto pronto cambiará porque la mujer que recoge estas notas, fue puesta fuera de circulación, recluida en España en una finca y  sometida a un borrado selectivo de recuerdos. algo con lo que no contaban los servicios secretos aconseja recuperarla, utilizarla de nuevo para acercarse a la hermana y descubrir que pretende quien ha robado los escasos cuadernos que se conservaban.
En este momento la novela sube de intensidad, nuestra anónima protagonista va descubriendo y no siempre de la forma más amable que ha sido utilizada y que seguramente va a volver a servir de señuelo, y comienza a sospechar que ella saldrá perdiendo en toda esta historia. Ya no sabe quienes son los buenos y quienes los malos en esta historia, ni siquiera sabe en que bando debe situarse ella. Ira descubriendo su realidad poco a poco, al tiempo que reconstruirá los últimos meses de la vida de la Princesa Diana, gracias a la ayuda de la hermana Loretta María y Lena Cuattermole.
He dicho al principio que la novela está narrada en primera persona, sin embargo no solo hay un narrador anónimo del que no conocemos su nombre, porque tiene que esconderse, si no que también la hermana Loretta María cuando toma la palabra lo hace en primera persona, y al mismo tiempo hay un narrador omnisciente que conoce todos los datos y que de vez en cuando intercala la tercera persona del singular. Todo ello para crear una novela compleja en cuanto a su construcción que se devora línea a línea intentando averiguar donde nos quiere llevar la historia, quién miente y quién por el contrario dice la verdad.
La parte que a mi me ha resultado más amena, y que  más me ha interesado en este juego de espías a doble banda es la que trata directamente de la historia de Diana de Gales, su faceta familiar, la de madre abnegada, la de mujer vulnerable aterrorizada por los cambios que se están produciendo a su alrededor y que la están aislando. Poco a poco, entre confidencias y revelaciones se va entretejiendo a los ojos del lector un complot para asesinar a la madre del heredero, y parece que la fuente se encuentra en Buckingham Palace. 
En el momento se revela la muerte de la princesa, y la implicación de algunos de los personajes de la novela saltan las alarmas de nuestra protagonista, su mente ha sido borrada de forma selectiva, no recuerda nada de aquellos días, ni de sus conversaciones con la confidente de Diana, por ese motivo empieza a temer que pueda ser la cabeza de turco de toda esta historia, y no anda nada equivocada. 
Como en todas las novelas de espionaje y contraespionaje siempre hay daños colaterales, y esta no es menos, de ahí que yo haya tildado la novela de criminal, no solo por el asesinato de Diana de Gales, que  fue convenientemente disfrazado de accidente, versión que se mantiene a día de hoy, aunque haya una persona que siga luchando por demostrar lo contrario, si no porque para esconder un crimen tuvieron que despachar a todas las personas que fueron de un modo u otro testigos directos o indirectos. Y al mismo tiempo se deja al descubierto por un método bastante cruel que quienes son capaces de idear un complot de esas magnitudes, saben cuidar muy bien sus espaldas, atar bien todos los cabos, para que si un día todo sale a la luz no puedan verse comprometidos y otros acaben pagando por sus culpas.
Contrariamente a lo que pudiera parecer por mi opinión, nos encontramos ante una novela con muchos personajes, unos principales y  otros meramente  accesorios. Personajes que el autor ha dibujado con mayor o menor definición según las necesidades de la trama. Pero a pesar de ello no podemos decir que ninguno de ellos resulte plano, ni que tengan personalidades clonadas. Cada uno de ellos aparece en el momento preciso en que se requiere su presencia, por ese motivo no veo nada conveniente hacer un análisis de los personajes, primero  porque restaría emoción a la historia, ya que avanzaría información que el lector no debe tener al comienzo, segundo porque sin pretenderlo desvelaría secretos bien guardados, que restaría intriga a la lectura, porque una cosa es conocer el trágico final de Lady Di, y otra muy distinta poner al descubierto las cartas en una partida en la que nada parece lo que es, y en la que nadie está exento de recibir la primera piedra, porque la inocencia es algo que se presupone, pero no está demostrada.
A pesar de no considerar procedente hablar de los personajes si que voy a destacar a la hermana Loretta Maria Semposky, una mujer excepcional en muchos sentidos, su memoria es prodigiosa, inalterable incluso con fármacos, por ello resulta de vital importancia saber que recuerda sobre la muerte de Diana y que no le sea transmitido a quién tenga que permanecer ajeno a sus revelaciones. La monja es peculiar, decide mantener conversaciones con nuestra protagonista pero siempre detrás de un biombo, para que su imagen quede en el anonimato, está desnudando su mente, y quizás ello la haga sentir a buen recaudo,o igual sabe que cargando con semejante secreto y siendo testigo de una verdad tan trascendental su vida corre peligro. Al final resulta ser una caja de sorpresas, una mujer más precavida de lo que se pudieran imaginar, que sabía que la verdad puede llegar a ser muy peligrosa y salpicar a personas inocentes, como ya lo había hecho hasta ese momento.
A pesar de hablar de ella en semejantes términos mi relación con  Loretta María no fue nada fácil, había momentos en que no comprendía su juego, esa impresión de que tenía todo el tiempo del mundo y que dosificaba la información introduciendo paja innecesaria, después te das cuenta que esta compleja mujer intentaba restarle transcendencia, resvestir de normalidad unos hechos que escapan a ella.
El final me ha sorprendido, mucho, aunque a mi modo de ver llega de un modo un tanto precipitado. Y es que para mí le faltan unas cuantas páginas que expliquen cómo nuestra protagonista consigue eludir el yugo de la justicia. De momento la encontramos huyendo, en un sitio bastante inhóspito donde no se nos ocurriría al común de los mortales escondernos, con una verdad que suponemos que ha revelado y que por esa misma razón debería haber acabado con sus huesos en cualquier prisión. Esa ausencia de información es deliberada, porque tampoco sabemos nada del resto de los personajes, si han conseguido sus fines, unos eludir la justicia y otros poner de manifiesto un complot que cambió la vida de los ingleses.
Conclusión:
Puente de Vauxhall, me ha sorprendido de forma grata, la estructura de esta novela es un tanto compleja, la información se va dosificando poco a poco, con ello la intriga está garantizada y el lector va descubriendo la información casi al mismo tiempo que la anónima protagonista, y digo casi al mismo tiempo porque la mente de esta conserva fragmentos que le permiten ir reconstruyendo ciertas partes a partir de la información que va recibiendo de los que conforman el contraespionaje.
La parte que más me ha interesado es la que cuenta como se gesta el complot para acabar con la vida de Diana de Gales y como se pone en práctica liando a cuanta persona cercana a ella pueda encontrarse. Pero también ha sido muy instructivo ver como el instinto de supervivencia de las personas las lleva a no pensar en el daño que pueden ocasionar a otros seres humanos.
A veces hay novelas a las que le sobran páginas, sin embargo a esta para mi gusto le faltan, sin embargo entra dentro de la lógica de una historia contada en primera persona por una fugitiva, sin embargo quien no cuenta como ha podido eludir el yugo de la justicia, porque en tan solo una línea me parece que queda un poco corto, el lector puede intuir por donde van los tiros, quien tiene la información, tiene el poder, ¿pero eso es suficiente garantía para poder vivir tranquila?
Yo os recomendaría su lectura, hay muchos puntos que pueden seducirte en esta historia, el autor me parece un mago de la dosificación de la información, no es fácil comenzar una novela con poco fuelle, o al menos a mi me ha parecido que tenía poco y mantener al lector pegado a sus páginas y con la atención puesta en sus personajes y en la evolución de la historia.
Retos:
25 españoles
cruce de caminos: negro y criminal