El puente Zubiaurre o “Viejo” se encuentra en el municipio guipuzcoano de Zestoa, frente al principal acceso antiguo a la villa, sobre las aguas del río Urola. Su estampa, tal y como la vemos hoy, por tipología y cierta documentación, remite su construcción a mediados del siglo XVI ya que en 1550 se le menciona en un mandamiento de la Juntas Generales de la Provincia y en 1601 se documenta su mal estado reparándose un año después cuando se solventaron los problemas surgidos con los cercanos molinos de Arzubia. Pero su origen parece remontarse a un antiguo puente de madera que Juan I obligó a construir al municipio tras otorgarle los privilegios de su fundación en 1383 y del que el actual sería su sustituto.
En 1609 se descubre que el puente está de nuevo “en muy gran peligro porque el último pilar de hacia la villa está hueco” y su vía , por la que transitaban de forma ininterrumpida carruajes de ruedas de hierro, fue objeto durante tiempo de numerosas reparaciones pese a las normativas que se impusieron en 1635 obligando a que “de aquí en adelante ninguna persona, de cualquier calidad no sea osada a pasar por la dicha puente con carro herrado sin ponerle las dichas zapatas (de madera) debajo de las ruedas” según consta en los respectivos libros de Actas.
Presenta cuatro arcos rebajados, el último añadido durante el reinado de Carlos III, con luces que van desde 9,40 a 6,60 metros y flechas de 1,70 metros aproximadamente. Sus tres robustos pilares de 3,10 metros de anchura (2) y 3,95 metros el más grande, se acompañan de tajamares triangulares río abajo que alcanzan la altura del pretil conformando tres apartaderos. Su vía, asfaltada y abierta al tráfico es de perfil recto y tiene una anchura de 2,80 metros.
Sin duda, un puente con historia, cercano al Palacio medieval Lili, recientemente restaurado a finales de 2010.
Texto: Rosi Cuevas
@Imagen: Juan Sánchez
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