El porteo es una de esas cosas que te hace la vida más fácil hasta límites insospechados. Todavía recuerdo los primeros meses de horas eternas en el sofá con Darío enganchado a la teta y yo pensando que ni siquiera podía ir al baño en condiciones porque es casi imposible bajarse el pantalón mientras uno sostiene a un bebé.
Con Diana todo fue más fácil. Tenía mi fular, que me permitía hacer cosas mientras ella dormía plácidamente y disfrutábamos las dos de nuestro contacto. Cuando tuvo unos seis o siete meses me atreví a ponérmela a la espalda y ahí se abrió una nueva dimensión de posibilidades: cocinar, planchar, pasar la aspiradora o empujar a Darío en el columpio mientras la peque se echaba unas siestas de impresión.
Con Erik ya ni siquiera intento dejarle en la cuna, cama, hamaquita... ¿Dónde mejor que conmigo? Desde el principio le he porteado y más o menos a las cuatro semanas decidí probar con el fular a la espalda y nos ha ido fenomenal. Nos levantamos, toma teta y cuando se duerme le subo y me pongo a recoger la casa, hacer la comida, tender, planchar, mirar el ordenador y todo lo que se me ocurra.
El fular es el portabebé que más hemos usado, pero también usamos muchísimo la bandolera, ya que es lo más cómodo cuando nos desplazamos en coche. Yo me subo al peque en casa y encima me pongo el abrigo. Cuando llegamos al coche le subo en su sillita y la bandolera se queda puesta, de tal manera que cuando estamos en nuestro destino le puedo volver a subir fácilmente y abrocharme el abrigo por encima rápidamente.
Otro portabebé imprescindible es la emeibaby, porque es fácil de poner y quitar y la uso mucho fuera de casa cuando voy a tener que llevar al peque encima mucho tiempo. Al repartir el peso en los dos hombros, resulta mucho más cómoda para ratos largos que la bandolera y se ajusta y desajusta mucho más fácilmente que el fular.
Un buen portabebé ergonómico no solo te hace la vida más fácil sino que te permite disfrutar de tu maternidad, al sentir que tu bebé está atendido y que podrás detectar y responder a sus necesidades rápidamente, sin renunciar a todo lo que sueles hacer en tu vida normal.
Todo ello, obviamente, desde mi punto de vista. También hay que decir que Erik está encantado de sentirse acompañado, sostenido, abrazado y protegido siempre que lo necesita. O al menos eso parece, que él todavía no puede hablar. Para los bebés, además de las ventajas afectivas y de desarrollo cognitivo, un buen portabebé ergonómico tiene beneficios para su anatomía, ya que sostiene las piernas, la espalda y la cabeza de manera óptima y fisiológica, proporcionándoles bienestar físico, las condiciones óptimas para el correcto desarrollo anatómico y sobre todo un sueño profundo y reparador.
Tantos son los beneficios que parece ser que la Asociación Española de Pediatría va a empezar a recomendar el uso de los portabebés ergonómicos, por sus ventajas para el bebé y para la madre. En este vídeo, una pediatra del Hospital La Paz (Madrid) nos enseña a su peque mientras habla de los beneficios de porteo ergonómico.
Y ya sabéis que si queréis saber más sobre portabebés, porteo o elegir el que más se ajuste a vuestras necesidades, nos tenéis a mí y a Elena (Monitos y Risas) a vuestra disposición en www.ohlaluna.com para asesoraros y ayudaros a elegir el portabebé ergonómico que más se adapte a vuestras necesidades.