Puertas que no se dejan abrir

Publicado el 04 marzo 2015 por Miyu Clementine @amy_blue

En este mes de mi vida, no sé si debería mostrarme feliz o triste, y es que sopeso lo que ocurre y sí que están pasándome cosas buenas y me siento más animada y optimista, pero no lo tengo claro. A veces, creo que todo es como intentar abrir una puerta que tú no puedes abrir. Estás intentando abrirla, lo intentas con tanta fuerza…! Y la puerta no se abre, y te haces daño en los dedos, porque la puerta es muy gruesa y fuerte, y quieres llorar, no porque te hayas hecho daño, sino porque al final no pudiste abrir la puerta.

Qué puede haber peor que saber que si abres esa puerta puede que se acaben las cosas malas y no poder abrirla? Tal vez no puedes abrirla, no porque seas débil, sino porque la puerta no quiere que la abras, y entonces, todo se pone peor. No es que no puedas, es que no eres la persona que debe abrirla, y entonces qué? Qué pasa ahora? Dejas de intentar abrir una puerta que por mucho que lo intentes no va a abrirse? O tal vez sí, quizás acabe abriéndose, quién sabe? No lo sabemos nadie, y nunca lo sabremos si no lo intentas. Y entonces, te asaltan dudas: Estoy haciéndolo bien? Tengo que seguir intentando abrir esa puerta? Tengo que dejar de pelear por algo que no va a abrirse? O por el contrario; debería seguir luchando por abrir esa puerta? Soy una crédula que todavía cree en cosas? Si ves un hilo de luz, tal vez puedas abrirla, o tal vez sigas sin poder abrirla. Pensaba que podría abrir la puerta! Se veía un hilo de luz debajo! No estaba tan cerrada! Y aún así, por qué no he podido abrirla? – Se preguntaría. Qué lástima, pequeña, qué lástima que no pudieras abrir una puerta solamente porque se niega a ser abierta, sabiendo, que debería ser abierta. Es una pena, verdad? Pero oh, pequeña niña, tú no eres débil por hacerte daño en los dedos intentando abrir una puerta, eres valiente, es sólo que todavía no te has dado cuenta, ni siquiera tú.