Estamos asistiendo al re
Pero sobrevolando el espectáculo bochornoso al que estamos sometidos los ciudadanos, aparece la figura de Carles Puigdemont, allá en su mansión de Waterloo reclamando su acta de diputado europeo ¡QUIERO EL SUELDO SOBRETODO! aunque me lo pague el Estado que quiero derribar. Mientras, sus compañeros siguen en la cárcel. Dice la Real Academia que cobarde es quien no tiene valor para afrontar situaciones peligrosas o arriesgadas. Por eso huyó de noche, sin avisar, dejando tirados a sus colegas, y sin embargo, a pesar de ser un traidor, sigue teniendo una legión de adeptos. Me recuerda a los jefes de las sectas, que se rodean de lujo infinito mientras hacen lo que les da la gana. Predican el discurso de que hay que dar los bienes a la institución. Puedo entender que grandes empresarios,que han obtenido beneficios a traves del procéss le sufraguen su alto ritmo de vida porque tienen una deuda adquirida y tienen miedo de que hable. Pero no me cabe en la cabeza que personas de clase media a las que les cuesta llegar a final de mes lo sigan viendo como a un ídolo y estén dispuestos a gastar para que viva como un marajá. Y él tan pancho subido a su pedestal de president, consintiendo que sus colegas no vean la luz. Un golpe de efecto con un plan de escape, que no incluía a los demás.¿Acaso era un infiltrado en la banda de la independencia?.
Un exiliado de lujo, ¿Es que no puede vivir en una casa normal?.Noooo, se ha autoproclamado president. Romperé una lanza a favor de los independentistas que se quedaron en España, tratando de defender sus ideas con valentía.
Yo también quiero ser independentista en el exilio.