Es imprescindible una buena barra de pan del día, y si tenemos la suerte de comprarla recién hecha ni os cuento lo que dura la barra y lo que dura el pulpo...
El pulpo podemos comprarlo fresco o ya cocido. También venden en la tienda de congelados las patas de forma individual, son muy grandes y nos ayuda a ajustar el presupuesto.
- Un pulpo crudo de 1 kilo (podemos comprarlo ya cocido, entero o por patas)
- Pimentón picante
- Aceite de oliva virgen
- Sal gorda
- 1 o 2 patatas
- 2 ajos (opcional)
* El pulpo podemos congelarlo días antes de cocinarlo, ya que la congelación sirve para que rompa fibras y esté más tierno (éste mismo truco sirve para los filetes de ternera...). Si lo congelamos, lo sacamos del congelador la noche antes de cocinarlo.
2. Disponemos un olla de agua hirviendo, podemos añadirle unas hojas de laurel y unos ajos (o una cebolla), eso ya depende del gusto.
Cogemos el pulpo por la cabeza, y los metemos y sacamos del agua unas tres veces, es lo que se llama asustar al pulpo (porque como veréis las patas se rizan y se encogen).
Lo introducimos en el agua, y dejamos que se cocine durante 30 minutos. Retiramos del agua y dejamos que temple.
3. Cortamos la patatas en rodajas y las disponemos en el plato. Cortamos el pulpo en rodajas, y la cabeza también (limpiándola bien por dentro). Colocamos las rodajas de pulpo encima de las patatas.
4. Calentamos un buen chorro de aceite de oliva en la sartén (podemos añadir unos ajillos picados, que le da un toque muy rico). Apagamos el fuego, echamos pimentón picante en el aceite, y lo vertemos sobre el pulpo, espolvoreamos con sal gorda.