Escucha las palabras y frases.
Déjate acariciar por ellas.
Saboréalas con tranquilidad.
Déjalas entrar dentro de ti.
Hazlas entrar por cada poro.
Hazlas llegar a cada célula.
Percibe el palpitar de cada idea.
Siémbrala en tu corazón.
Y date tiempo para germine y crezca.
Es sólo cuestión de tiempo y de paciencia.