La tendencia política del próximo Gobierno tendrá que demostrarse en la agenda de reformas que decida llevar a cabo. La lista de temas pendientes es larga... y complicada. “Un ejemplo paradigmático —escribe Alejandro Torrús en Público— es la posición del PSOE respecto a los privilegios fiscales y económicos que sigue manteniendo la Iglesia católica en el país. Las ventajas, las exenciones fiscales o el lucro con la educación de la Iglesia ha sido detallada recientemente por el periodista Ángel Munárriz en la obra Iglesia S.A. ‘Si la tomamos como una empresa —una forma parcial pero interesante de verla—, la Iglesia es una empresa en rescate permanente. Sus ingresos están privatizados; sus gastos, socializados’, escribe el periodista. Un punto de vista compartido, al menos en parte, por el equipo del presidente Pedro Sánchez durante su tiempo en la oposición. Los socialistas participaron en febrero de 2018 en la aprobación de una Proposición No de Ley que instaba al Ejecutivo de Rajoy a derogar los acuerdos con la Santa Sede, a sacar la asignatura de Religión del currículo y del ámbito escolar. Apenas unos meses después y semanas antes de la moción de censura, en el mes de mayo, el socialista José Manuel Rodríguez Uribes aseguró que, en caso de gobernar, el Ejecutivo denunciaría ‘las dimensiones de los Acuerdos con la Santa Sede que no sean compatibles con la Constitución’. El mismo programa del PSOE de las elecciones generales de 2016 mostraba que la apuesta por la laicidad del Estado era un asunto muy destacado para los socialistas, ocupando un capítulo entero de su programa electoral e incluyendo numerosas medidas para convertir a España en un Estado laico, que era el objetivo que proponían los socialistas. Sin embargo, tal y como señaló el periodista Manuel Sánchez, en el programa para estas elecciones del 28-A, este asunto pasaba a despacharse en seis párrafos (dos de una sola línea), desapareciendo así del proyecto político de Sánchez. Si el futuro Ejecutivo retoma el asunto de la laicidad del Estado y la denuncia de los Acuerdos con la Santa Sede dependerá en gran medida de la presión que las fuerzas situadas a la izquierda del PSOE puedan ejercer sobre el futuro Ejecutivo. Pero no es el único caso”.
Torrús recuerda en su reportaje que los siete años de gobiernos ininterrumpidos de derechas, con Mariano Rajoy como presidente, dejaron una legislación escorada hacia la derecha en multitud de temas. “El Gobierno de Sánchez de los últimos 10 meses no derogó gran parte de esta legislación. Pero ahora, con una mayoría más holgada y con cuatro años por delante, no parece que exista un argumento que justifique el mantenimiento de la misma. Son solo una pequeña fotografía de lo que podría ser una agenda reformista de izquierdas asumible por un presidente del Gobierno que, durante su estancia en la oposición, prometió que su primera medida el Gobierno sería la derogación de la reforma laboral de Rajoy ‘para recuperar los derechos de los trabajadores’. Pero no solo. También se solidarizó con el rapero Josep Miquel Arenas Beltrán, Valtonyc, condenado por la Justicia a tres años y medio de prisión por el contenido de sus letras. ‘La libertad en la expresión artística es un derecho que también nos ampara colectivamente’, escribió en la red social Twitter. La lista de reformas podría extenderse mucho más allá. La Ley de Memoria Histórica, por ejemplo, continúa sin ser reformada. Miles de cunetas continúan esparcidas por todo el Estado, mientras que los expolicías acusados de torturas durante el tardofranquismo, como Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, siguen disfrutando de medallas pensionadas. Las condenas de los tribunales franquistas, como la que sufrió Miguel Hernández, continúan sin ser derogadas y las madres e hijos que han denunciado el robo de bebés no han obtenido aún un apoyo decidido y sólido del Estado. De estas y otras muchas medidas, como desandar el camino recorrido en la gestión privada de hospitales públicos; el aumento de la escuela concertada; o la lucha contra la burbuja del alquiler en vivienda depende que el próximo Ejecutivo pueda considerarse de izquierdas o, simplemente, de ausencia de derechas”.
Pablo Iglesias confía en llegar a un acuerdo satisfactorio con Pedro Sánchez. Reconoce que “agita el miedo a un pacto oculto con Albert Rivera, pero en realidad sabe que, entre el PSOE y Ciudadanos, al menos de momento, han saltado todos los puentes. Aun así, tiene prisa”. El líder de Podemos quiere “que Sánchez confirme públicamente lo que hablaron durante la campaña electoral. Eso de avanzar hacia un gobierno de coalición a lo valenciano, con altos cargos de Podemos en todos los departamentos para que los ministerios tengan una guía compartida, Sánchez, sin embargo, gana tiempo”. Lo adelantó Luca Constatini, en Vozpópuli. “El resultado electoral del PSOE ha sido mejor de lo esperado y el socialista sabe que una promesa en campaña electoral tiene un valor relativo. No quiere desvelar sus cartas. Al menos hasta el próximo 26 de mayo, fecha de las elecciones europeas y autonómicas. Quiere revalidar su victoria y erigirse como político más admirado por la socialdemocracia europea (nunca se sabe si esa áurea sirve para reciclarse en Bruselas en el futuro), y sobre todo empujar el PP hacia el barranco. En el medio del periplo queda un escollo: la formación de la mesa del Congreso. Un asunto para nada baladí, y en el que Podemos dará la batalla para que Sánchez conceda algo e hipoteque así el nuevo acuerdo de las izquierdas. Iglesias quiere sacarle a Sánchez la presidencia del Congreso o al menos dos miembros de la mesa. La presidencia es un cargo muy importante. Permite manejar ‘mucho dinero’, que sería bienvenido dado que Podemos perderá 700.000 euros en subvenciones por el mal resultado del 28-A, y otorga honorabilidad al partido que la gestiona. Fuentes internas de la formación morada afirman que Iglesias maneja incluso algunos nombres, entre los cuales se encuentra Gloria Elizo, letrada española, política de Podemos y vicepresidenta cuarta del Congreso de los Diputados
durante la gestión de Ana Pastor. El presidente del Congreso aparece como el árbitro de las contiendas dialécticas en el hemiciclo y la mesa resuelve muchos aspectos técnicos, pero esenciales en la vida parlamentaria. En Podemos recuerdan que un reparto de ese tipo es habitual en caso de gobiernos de coalición en Europa. Algo que es cierto”.“Elizo —adelanta Luca Constatini en
Vozpópuli— es además una fiel pablista, un elemento clave en tiempos en los que Iglesias está muy temeroso por nuevas ‘traiciones’ después del golpe de Íñigo Errejón y defecciones como la de Ramón Espinar. El pasado viernes acompañó al líder morado en el cierre de campaña. En ese mitin también estuvo la jueza Victoria Rosell, que comparte con Elizo un perfil ‘técnico’ y que, en Podemos, consideran que puede encajar como cargo institucional. Sin embargo, a menos de veinte días para que se resuelva el asunto de la mesa del Congreso, el PSOE no tiene intención de adelantar decisiones. Día tras días se limita a poner un pequeño ladrillo a lo que podría convertirse en la casa de las izquierdas. Pero hasta la fecha mantiene un veto: el de incluir a Iglesias como miembro del Consejo de Ministros. Iglesias presiona, pero Sánchez no le ha asegurado nada al respecto. Así que Podemos ya avanza en su tercer frente: la cuestión programática. Sabe que redactar unas propuestas de fuerte impacto social (aumento del salario mínimo, pensiones o banca pública) puede forzar un acercamiento de Sánchez. Es una jugada arriesgada, que debe ser bien medida para que no se convierta en un bumerán, pero que está sobre la mesa de la cúpula de Podemos. Las tres actuaciones (obtener la presidencia del Congreso, nombrar altos cargos en el nuevo Ejecutivo y redactar medidas programáticas que presionen al PSOE) forman parte de la misma estrategia: hacer que Iglesias alcance el poder después de cuatro candidaturas al mando de Podemos. Se trata de un planteamiento que, desde luego, tiene una lectura política: la de ‘impedir al PSOE que les tiemblen las piernas y avance en políticas progresistas’. Pero que, en realidad, esconde una intención primordial del secretario general y su núcleo duro, que consiste en blindar el control interno del partido desde el gobierno. Solo así podrá asegurar el relevo controlado de la secretaría general a Irene Montero. La jugada es clásica y parte de la reflexión del político italiano Giulio Andreotti, quien sostenía que ‘el poder desgasta sólo al que no lo tiene’. Aunque la lectura de Iglesias es en clave interna. Pero Iglesias no es el único actor: ‘Todos juegan y el BOE es mucho BOE’, alertan las voces más expertas de Podemos sobre la tentación de Sánchez de gobernar en minoría. La cúpula morada sin embargo insiste. ‘El ciclo político ha cambiado’ y, ‘para la investidura, se necesita a Podemos’. El líder de Podemos está dispuesto a jugar al doble o nada, una vez más. Va de su futuro y del de Montero. Sánchez queda avisado”.Pese a la extremada prudencia del PSOE en adelantar acontecimientos, en Podemos se empieza a hablar de nombres para los altos cargos del futuro gobierno. “Sobre todo —apuntan Gabriel Sanz y Luca Constantini— secretarios de Estado y directores generales en un plan de responsabilidades compartidas entre socialistas y dirigentes de Podemos de varios ministerios que esté inspirado en el pacto valenciano del Botánic. El partido morado tiene ya sobre la mesa los nombres de algunos posibles ministros ‘técnicos’ que podrían obtener el visto bueno de Sánchez. Aun así, no renuncian incluir a políticos. Entre ellos se encuentran, además de Iglesias, figuras como Rafa Mayoral, Yolanda Díaz o Pablo Echenique. ‘Hemos conseguido frenar a la derecha y España dice que hay que ponerse de acuerdo y que haya gobiernos de coalición’, sentencian desde la dirección del partido morado, a la vez que comienzan a redactar propuestas concretas para un programa compartido de gobierno. Para Podemos, la cuestión de incluir a los suyos, y, concretamente, Iglesias, en el nuevo ejecutivo no es baladí. La estrategia de los morados consiste en alcanzar el poder para acallar las críticas internas. Y desde esa posición de fuerza trabajar para una transición interna controlada hacia la nueva secretaría general de Montero. Todo pasa, no obstante, por la aceptación de Sánchez de incluir a Iglesias en el Consejo de ministros o en algún cargo de alta responsabilidad. Una solución que, por el momento, es difícil de lograr”.
¿Tiene Pedro Sánchez miedo a gobernar en solitario? ¿En qué madriguera ocultarse para no montar un gobierno de izquierdas? Aníbal Malvar, periodista y escritor, titula en Público “La izquierdita cobarde de Sánchez”, e insinúa que no se va a atrever a abordar el asunto de la educación concertada en España, esa que permite a la Iglesia cobrar 15.000 euros anuales por aula más que las públicas. “Mientras la izquierdita cobarde de Sánchez sigue en estos misacantanos silencios socialistas españoles, el ministro de educación de Portugal, gobierno de socialistas y comunistas, nos explica que el abandono escolar en España en el año 2000 estaba en el 29,1% y ahora en el 17,9%, mientras que en Portugal ha pasado del 44% al 12,6% en el mismo periodo. El ministro Tiago Brandao, gobierno valiente, antimerkel, y más efectivo que nosotros en todos los marcos macroeconómicos, nos fabula en una entrevista en El País esta entretenida anécdota: ‘Había 79 colegios concertados [en Portugal] que consumían 140 millones al año, y la ley dice que deben existir donde la escuela pública no cumple su función. Hemos quitado la subvención para el próximo curso a 49 de ellos y gastaremos 45 millones. En Santa María de Feira, a 30 kilómetros de Oporto, había un centro privado que recibía casi seis millones de euros y al lado cuatro escuelas públicas casi desiertas. No tenemos un afán excluyente, solo cumplimos con la ley’. Nuestra izquierdita cobarde no se atrevería jamás a decir ni hacer algo así”.
A partir de junio, España dispondrá prácticamente de cuatro años sin elecciones de carácter general en el horizonte. Mientras tanto, todo es campaña. Enric Juliana presenta en La Vanguardia esta situación inédita: “El PSOE dice que quiere gobernar solo, con las manos libres. No hay prisa, dicen en la Moncloa. No hay prisa, repiten en Ferraz. Los socialistas quieren hablar muy poco de la investidura, para no ver comprometida su campaña del 26 de mayo. El PSOE necesita seguir atrayendo electores que hace cuatro años se interesaron por Podemos, sin desdeñar el centro; ese centro que ahora vuelve a tener muchos pretendientes…. Sánchez abrió la puerta a un posible gobierno de coalición con Podemos. Necesitaba recolectar más ‘voto útil’. Con el 30% consolidado y con 123 diputados en el zurrón, ahora las cosas se ven de otra manera. El PSOE necesita tiempo y ambigüedad, disciplina que siempre ha cultivado con esmero. No le interesa dar un fuerte portazo a Podemos, pero tampoco entregar a la derecha una campaña municipal basada en la movilización contra un inminente Frente Popular. El Partido Socialista afrontará las próximas semanas con la bandera del europeísmo y el discurso de la centralidad. A Podemos, en cambio, sí le interesa hablar de la investidura y lo está haciendo a diario. La exigencia de un gobierno de izquierdas será el vector de su campaña del 26 de mayo. Participación en el gobierno central. Participación en los gobiernos de las autonomías en las que la izquierda sea mayoritaria, en vez de quedar voluntariamente al margen, como ocurrió hace cuatro años en Aragón, Baleares, Asturias, Navarra, Extremadura y la Comunidad Valenciana, con la única excepción de Castilla-La Mancha. Pablo Iglesias anunció en un artículo en el diario El País que su exigencia de gobierno de coalición será firme, una “roca”. Ese anuncio expresa una posición de fondo, pero también forma parte de la campaña municipal. Iglesias necesita mantener alto el tono vital de su partido ante unas elecciones locales que se le presentan difíciles en Madrid como consecuencia del distanciamiento de la alcaldesa, Manuela Carmena, y la escisión de Íñigo Errejón. Carmena y Errejón concurren al margen de Unidas Podemos en una candidatura municipal y autonómica titulada Más Madrid. Después de haber salvado a Podemos del desastre, Iglesias no puede relajarse y ha decidido sentarse encima de una roca”.
Hace cuatro días, la formación del futuro Gobierno protagonizaba un Primero de Mayo muy reivindicativo, marcado por la reciente convocatoria electoral del pasado domingo. Los sindicatos clamaron por un Ejecutivo de izquierdas que distribuya mejor la riqueza, mostrando su apoyo al pueblo venezolano y al expresidente brasileño, Lula da Silva. Cientos de miles de personas salieron a las calles en las más de 75 manifestaciones convocadas por CCOO y UGT en todo del Estado. Bajo el lema “Primero las personas. Más derechos, más igualdad y más cohesión”, unas 30.000 personas desfilaron en Madrid. Los líderes sindicales pidieron un gobierno progresista de izquierdas en su discurso en la Puerta del Sol. “Con Rivera no, con Casado no y con Vox ni a tomar una cerveza” indicó el líder de UGT, Pepe Álvarez. “Necesitamos un gobierno de izquierdas”. En un país con 9 millones y medio de parados y con uno de cada tres con un salario en torno al mínimo, las reformas pedidas por CCOO y UGT fueron de urgencia. Sus exigencias pasaron por la derogación de “la o las reformas laborales”, un cambio de modelo productivo con “la nacionalización de Bankia o una eléctrica pública” o la “limpieza de unas cloacas de mierda”. Y exigieron la derogación de la reforma de las pensiones de 2013 “impuesta por el PP” y que rompió todos los consensos. “Hay que recomponer el Pacto de Toledo”, indicó el secretario general de CCOO, Unai Sordo, en referencia a la necesidad de garantizar el futuro de unas pensiones dignas y suficientes para todos.
Fotomontajes e imágenes sorprendentes de esta última semana:Esta semana, con ocasión del festivo del Día del Trabajador, el uno de mayo, El Jueves adelantó un día su distribución. En su primera página, Aznar daba una patada a Casado, bajo el título: “¡¡¡Gracias, FraCasado!!! El trifachito a la puta mierda”. Pero había otra portada que tenían preparada y que el autor de la misma, el humorista gráfico, Raúl Salazar, publicaba el miércoles. En ella aparecía la caricatura de Felipe VI sentado en un sofá, rascándose los testículos, bajo el título “Día del Trabajo”.
Dani Mateo, colaborador de Intermedio, aplaudió y agradeció “al jefe de Protocolo quien decidía dónde se sentaban las autoridades en la celebración del 2 de mayo en la Comunidad de Madrid”. “Usó el mismo criterio que mi madre en la cena de Navidad, poner juntas a las personas que peor se llevan”. De hecho, en esa celebración, se pudo ver a Esperanza Aguirre (PP) junto a Ángel Garrido (último fichaje de Ciudadanos), pero este reencuentro quedó en poca cosa comparado con el de Íñigo Errejón (Más Madrid) y Rocío Monasterio (Vox).
Pa casa...
El periódico The New York Times se ha disculpado por la publicación, el pasado 25 de abril, de una caricatura del presidente de EEUU, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, después de las exigencias del presidente estadounidense. En la misma, Trump aparece como un ciego guiado por un perro con la cara de Netanyahu. En su cuenta oficial en Twitter, Trump señalaba: “The New York Times se ha disculpado por esta terrible caricatura antisemita, pero no se han disculpado conmigo por esto ni por todas las noticias falsas y corruptas que imprimen a diario. Han llegado al nivel más bajo de 'periodismo' y al nivel más bajo de la historia de The New York Times”. La caricatura, fue retirada por el periódico por considerarla “antisemita”. “La edición impresa internacional del pasado jueves -explicó el rotativo- incluye un chiste antisemita (...). La imagen es ofensiva y publicarla fue un error de criterio”.
El humor de esta semana en la prensa: El Roto, Peridis, B. Vergara, Pat, Manel F., J. R. Mora, Javirroyo…
Cero diputados.
Poco creíble.
Pep Roig, desde Mallorca: Calentando pasiones, Con la camisa nueva, Tiempo variable, La culpa es del otro, Los que mandan, Qual piuma al vento… y A lo suyo.
Los asistentes a la sede del PSOE en Ferraz, en Madrid, corearon “con Rivera no” cuando Pedro Sánchez salió a celebrar los resultados de las elecciones generales, donde los socialistas ganaron con clara ventaja al PP y podrán gobernar con otros partidos. Los asistentes a Ferraz gritan "con Rivera no" #EleccionesGenerales28A.