30 euros por persona son suficientes para disfrutar de Punk Bach. De ellos, según qué platos elijamos, parte del precio se destina a Cáritas. Si bien el ticket medio no es discreto en exceso, el pequeño esfuerzo lo merece. La experiencia Punk Bach, aun sin terraza (la prometen de cara a octubre) se presenta como un must este verano en Madrid.
La bomba. No se me ocurre forma mejor de describir la última incorporación a la oferta gastronómica madrileña. Punk Bach es el nuevo proyecto de Emiliano Suárez, que ha convertido también este local en una joya del diseño y la gastronomía. Abierto desde mediodía hasta las 2 de la madrugada, Punk Bach es el lugar perfecto para todo. Una cena romántica, una reunión de amigos, un almuerzo de negocios, unas copas después del trabajo o un take away si lo que nos apetece es comer en casa. Al entrar en el número 74 del Paseo de la Castellana, lo mínimo que uno emite es una gran exclamación. Lázaro Rosa ha dado en el clavo una vez más con su último proyecto de interiorismo. La amplitud, los reflejos de luz dorada en espejos y cristaleras, las paredes a modo de bodega, las modernas lámparas metalizadas, las maderas nobles, los sofás ingleses, los pequeños rincones con aire de bistró francés… Lo tiene todo sin perder, sin embargo, la armonía de este concepto único en Madrid. Para cenar, guiados por las recomendaciones de la atenta jefa de sala, nos decidimos por pedir todo a modo de picoteo, para probar más variedad. Comenzamos por la burrata italiana de La Puglia en ensalada y la degustación de salchichas Thate, la excelente charcutería alemana afincada en Bilbao. El buen producto impera en una carta muy española, aunque nuestra primera elección parezca no demostrarlo. Los entrantes se completan con latas de conservas gourmet, ostras de Cambados o anchoas de Santoña. A continuación, quisimos probar la buena mano del genial chef Iñaki Rodaballo en pescado y carne. Siguiendo de nuevo las recomendaciones, elegimos media ración de merluza de pincho en salsa verde con cocochas, media de solomillo al foie(especialmente exquisito) y un pepito burguer de vaca gallega cortado a cuchillo (cuchillo que, por cierto, dan a elegir en una variedad de divertidos colores). Estos pequeños detalles, que seguro tienen mucho que ver con Suárez, se repiten en la fina presentación de los platos, sobre vajillas de diseño rockero, los elegantes uniformes de sala, firmados por Lander Urquijo, e incluso la cajita de cristal en la que entregan una cuenta más o menos asequible para todo bolsillo.
30 euros por persona son suficientes para disfrutar de Punk Bach. De ellos, según qué platos elijamos, parte del precio se destina a Cáritas. Si bien el ticket medio no es discreto en exceso, el pequeño esfuerzo lo merece. La experiencia Punk Bach, aun sin terraza (la prometen de cara a octubre) se presenta como un must este verano en Madrid.
30 euros por persona son suficientes para disfrutar de Punk Bach. De ellos, según qué platos elijamos, parte del precio se destina a Cáritas. Si bien el ticket medio no es discreto en exceso, el pequeño esfuerzo lo merece. La experiencia Punk Bach, aun sin terraza (la prometen de cara a octubre) se presenta como un must este verano en Madrid.