Punto a Punto...

Por Elisa Gómez Fernández

Una vuelta y otra vuelta, punto al derecho y al revés... Poco a poco y punto a punto se va tejiendo la labor.  No sé cuántos chalecos he hecho a mis niñas, a mí misma, bufandas, gorros (en el blog podéis verlas). Desde que mi madre me enseñó a hacer punto hasta hoy siempre he tenido las agujas en mis manos. Empecé haciendo ropitas a mis muñecos con apenas nueve años, mi madre me dirigía la labor, me arreglaba los puntos que se me zafaban de la aguja... Aquellos días de lluvia que nos quedábamos en casa al calor de la estufa y alrededor de la mesa de camilla, pasábamos largas horas con las lanas entre manos.

Cuando termina la temporada de invierno (en verano no hago punto), me encuentro con restos de lanas a las que hay que dar salida de alguna forma. Os dejo esta idea para las aficionadas a esta labor, es una forma de dar uso a madejas empezadas que se ven quedando olvidadas. 

Todas las que hacemos labores y manualidaddes nunca tiramos ni un trocito de tela , ni de  hilo, ni nada que pueda ser reutilizado; así, el forro interior es tela procedente de una falda de verano que una de mis hijas ya no se ponía. Como se dice por aquí:"Todos los santos tienen su novena" y esta tela le llegó el momento de volver a lucir. La guata que utilicé para dar cuerpo al bolso también es un resto de otras labores.

Hacer punto está de moda. ¿Te animas?

Hago parada obligada para recordar el magnífico y conocido proyecto 1+/-100, Desperdicio 0 en el que mi amiga Marisa G, nos invita a compartir reciclajes de cualquier índole. Lo importante es reciclar y llevar a la basura lo menos posible. Ella os espera encantada con vuestras aportaciones en Thermofan.


Aquí podéis ver el interior del bolso.