Punto aparte.

Publicado el 18 julio 2013 por Isabel Isabelquintin

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¿Qué hace uno cuando el otro le pone punto aparte a lo que se suponía que era un párrafo en conjunto? ¿Qué se hace cuando ese párrafo ya no es más que dos oraciones que juntas reflejaban pasión y ahora separadas por un punto, sólo reflejan soledad?

¿Cómo se puede pensar en que el punto aparte de una relación sea separado por un renglón en blanco que guarda las nostalgias y el silencio de las preguntas sin respuestas? Si se supone que el punto aparte simboliza el final de un renglón para el inicio de uno nuevo por obvias razones ¿no debe existir  conexión y coherencia entre el anterior y el nuevo? ¿Cómo se puede terminar un reglón basado en el amor y la pasión, la necesidad, la ansiedad y el deseo de la cercanía y empezar otro sugiriendo que todo lo anterior puede convertirse en amistad? ¿Se da un buen uso del punto aparte cuando ambas líneas del texto prefieren puntos suspensivos o punto seguido? ¿Por qué se debe dar final a un párrafo que inició con la perfecta  sintaxis y la armonía de los verbos en presente continuo? ¿No se entiende que lo que inicia entre letras y pensamientos libres se culmina en un best -seller? ¿Para que hacer frases sin sentido, por qué razonar a medias, si al final aunque la hoja este llena,  en la lectura no es más que incoherencia y desperdicio de tinta? Las letras llenas de promesas pesan en papel pero cuando las promesas se rompen ellas mismas vuelan al cesto de basura. Punto aparte. Un sencillo punto se posó en mi castillo de naipes y acabó con la melodía de mis días. Un punto aparte que pesa todo el peso de la soledad y el miedo juntos. Un punto aparte vacío, sin explicaciones, sin razones ni motivos. O ¿será que eso fuimos un simple circulo, una circunferencia que como se sabe no tiene inicio ni fin visibles? ¿Pero si un círculo no tiene fin por qué ese punto nos dio un final anticipado? ¿Anticipado? Si para mi si, para mí fue como un balde de agua sacada de un polo que cayó sobre este corazón que había empezado a escribir una nueva historia. Una que pensó no tendría fin… Pero si nada es para siempre… Creo que cuando se trata de finales estos si se hacen eternos. Acabar un idilio de amor, un soneto versado en los más sensibles sentimientos, una armonía de deseo y fuego en la piel con un punto aparte disfrazado de amistad es un insulto a la literatura. Las amistades se hicieron para nacer primero que el amor, después del amor no hay cabida a nobles emociones y menos a sinceridad en la hipocresía de una amistad. El sentir amar a alguien va más allá de palabrerías, de vulgarismos y fonemas inexactos. Amar es el verbo correcto del sentir y el latir del alma. ¿Cómo se le enseña al alma a convertir en amistad lo que sintió desde las entrañas hasta las uñas como amor? Yo podré aprender a mentir, podré aprender a negar con palabras vanas lo que mi alma siente. Porque la lengua está entrenada para salvar al corazón de dolores futuros y arrepentimientos funestos. Pero a mi alma no la puedo engañar siendo ella quien habla a diario de sus afectos. Yo no fui la del punto aparte. No conozco la razón de ese bendito punto que me oscureció el cielo de nuevo, y aunque sea lo que más quiero, me es imposible borrarlo para continuar escribiendo, la mano que lo dibujo, que lo marcó para mí, para los dos no fue la mía, no puedo corregir la gramática de un texto del que desconozco el origen y la razón de su existencia.  Si un punto se deja en algún lugar del texto es porque urge una pausa o un final, no me atrevo a modificarlos, podría dañar el contenido y dar lugar otras interpretaciones. Por eso si hoy decidiste poner punto final a esta historia que escribíamos juntos, por más que me bloquee el inicio de un nuevo capítulo, lo intentaré. Pero no será de continuidad, será el epilogo, porque un libro no se debe dejar a medias. Y te aseguro que cuando tenga listo el epilogo, yo personalmente iré a entregarte la edición impresa y la única que habrá. Será tuya,  porque quiero que la leas detenidamente y si tienes dudas las resolveré enseguida. Después de ese encuentro pondré “FIN” y al lado el punto y entenderás que es el fin definitivo. Yo al amor no le doy pastillitas para el dolor, yo corto el mal de raíz. No seré tu amiga, que quede claro. No me interesa serlo, si ese hubiera sido mi interés desde el principio lo habría asegurado. Lo que me interesa de ti, fue lo que ofreciste dar: que fue más de lo que puedes dar. Si al leer el epilogo cambias de opinión dejaré una hoja extra para algunas anotaciones.  Y si lo que escribes allí logra que vuelva a creer en tu caligrafía, podré  pensar en una re-edición. Los puntos finales sólo se plasman cuando se tiene certeza de que se quiere un final, no para huir a la continuidad por falta de imaginación. El punto final de hoy, ese que sin contemplación y en un arrebato,  tintaste en el papel de mí día a día ha sido el más sincero de tus anagramas y aunque cueste creerlo valoro más el significado de verdad que encierra - que es desconocido para mis ojos-  que la cantidad de palabras trastocadas que llenaste de embustes cada uno de estos 53 días. El pobre TE AMO también fue víctima de una mala utilización del lenguaje, fue expuesto en mal sentido. Un TE AMO no se escribe, se hace sentir. Para mí no es fácil de decir, y menos de reconocer. Fui parte de tu juego de palabras. Y aunque digas que no fue fácil para ti dar punto final, se vio muy real y poco sensible, directo y fuerte, sin duda, sin vacilación. Podrías ser el editor perfecto de dramas y asesinatos al alma y el corazón. PD: No malgastes los puntos aparte, ellos son más que finales ilógicos. Son certeza y seguridad, algo que te falta superlativamente. Las comas y punto y comas, también hace parte de la escritura. Las letras trascienden a la realidad… @Issa_Quintin  


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