Por: Roy Daza
Un hecho extraordinario, inédito, original, ciertamente novedoso, recorrió el mapa venezolano de punta a punta: la Consulta Popular Nacional, o más bien habría que decir las consultas, porque en cuatro mil quinientos circuitos comunales, los ciudadanos tomaron la decisión de votar por uno de los siete proyectos propuestos.
Como un “hito histórico” calificó el Presidente Maduro a esta experiencia en la que se puso en movimiento el protagonismo del pueblo y argumentó que: “Una democracia verdadera es la que confía en la gente de a pie, en la que le da la voz, la palabra, el derecho a decidir sus asuntos como vecinos, como vecinas”.
La Consulta Popular Nacional lo confirmó: aquí gobierna el pueblo, el artífice de una modalidad de gestión que ahora pasa del ámbito estrictamente local a la acción simultánea en toda la República: identificar las necesidades, jerarquizarla mediante el voto, ejecutar la obra y someterla a la contraloría social.
La ciudadanía sabe que tiene todo el derecho de ejercer el gobierno de manera directa, por una parte, porque así está establecido en el texto constitucional, y, además, porque viene de una práctica, un nuevo tipo de gestión que se realiza en la acción comunitaria, ahora, con la suma de juntas de condominio, donde ello fue posible, de la cooperación de los movimientos sociales, y tal y como quedó demostrado, con una impecable organización.
No es posible dejar de mencionar que veedores internacionales fueron testigos de esta Consulta ejemplar, muchos de ellos no salían del asombro, y preguntaban sobre cómo se llegó a este proceso de participación protagónica.
El pueblo sencillo y humilde le dio una lección de democracia a quienes atacan a nuestra nación con sanciones, con manipulaciones y con mentiras.
¡Gloria al Bravo Pueblo!