Punto y aparte

Publicado el 24 enero 2017 por Fidelmartin

Hacía mucho tiempo que no actualizaba este blog, prácticamente medio año sin poner nada.

Las razones, pues sobre todo falta de ganas, desidia, falta de tiempo, falta de ideas, aburrimiento, procastinación (tantas veces he abierto el escritorio de wordpress y ha quedado horas y horas sin poner negro sobre blanco), esa excusa barata de “el día a día nos come”. Veía con cierta envidia como los blogs de la gente que sigo se seguían actualizando, mientras que el mío que años atrás había conseguido un modesto número de lectores permanecía reseso. Y sobre todo por una depresión. Una depresión socialmedia y social en general.

Un poco de cansancio, depresión y saturación también influye en este parón… cansado de ver posts con 5, 7, 9, 12 herramientas para ….. o las mejores herramientas del resumen anual de las 5 herramientas más leídas de lo que sea…. (y yo pecador, me confieso que algún post, muy pocos,  hice así en el pasado remoto). Saturado de tener que estar demostrando día a día el trabajo, intentando siempre ir un paso por delante. Depresión de ver los modos y maneras de gentes (que no personas) que no dudan en exprimirte para en un momento determinado pasar, arrugarte como un kleenex y seguir con su aspecto flower-power en la red, como si no hubiese pasado nada. Un poco harto de casi todo en resumen y sobre todo de las malas maneras que se estilan en la actualidad. Este cóctel explosivo provocó este parón no anunciado pero sí manifiesto.

Cuando impartía seminarios de esto del 2.0 siempre decía que las redes sociales no dejan de ser una proyección de la sociedad y los modos y maneras son las mismas con las que convivimos y soportamos en el mundo real. No me he aplicado esta teoría, me confié demasiado y no me guardé la espalda. Como se dice muchas veces el peor fuego es el fuego amigo. Es decir pecar de pardillo, hizo que por momentos (y no fueron pocos) tener pensamientos podíamos decir que negativos. Muy negativos.

Supongo que llega un momento en que se dá un golpe en la mesa y se hace caso a la persona que te aguanta a diario, cuando te dice que hay que sacar cabeza y volver a ser el de antes. Pues ese momento quizás ha llegado. Como hoy me han dicho, si tienes un arma en la mano úsala o tírala, pero no la mantengas para no hacer nada con ella. Pues a usarla. Y mi arma es la palabra.

Estos últimos días, intentaba seguir enfrentándome al escritorio virginal de esta web por enésima vez. Era o tirar la toalla o tirar para adelante, Pero debe ser la casualidad, en pocos días por diferentes canales me llegaron inputs de alguna de esas personas que realmente valoro y humildemente creo que me valoran. Son las personas de siempre. Esas que tantas veces nos visteis juntos. Esas que hace muchos años estamos en estos santos lugares y que nos llevó a compartir momentos en la vida real y a valorarnos como lo que somos. Quizás ellos no lo saben, no se hacen a la idea de lo que han hecho. Quizás eso es la grandeza del mundo 2.0. Y sí, son los de siempre, pero son los que siempre han estado ahí y nunca han fallado.

Un post de Christian, sobre la inovacción y el cambio (leer aquí) Una llamada telefónica de Pablo, echándome la bronca (siempre con cariño) por no dejarme ver como en tiempos pretéritos. Un post de facebook de Alfredo, retratando el día de hoy en Twitter. Pero antes fueron una foto de hace un año y unos whatsapp de Mario, una conversación con Fátima y algunas entradas en Facebook con retranca de Antonio Domingo y las reflexiones nocturnas de Eva Collado. Una llamada perdida de Diego, que prometo contestar hoy, una foto de perfil de hace unas semanas de Alfonso y rematando con una invitación al evento del año por parte de Frenchi. Y sin olvidar el necesario martilleo de mi chica para salir arriba.

GRACIAS!!! entre todos me habéis dado el aire que se necesitaba y no se encontraba.

Dicho esto, pues el nuevo año empezará el 1 de febrero.

También es cierto. “Ni olvido, ni perdono”


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