Desestimar o incumplir las obligaciones y responsabilidades.
No decidir los objetivos más importantes y no diseñar las estrategias necesarias para alcanzarlos.
Incapacidad o pereza para la planificación estratégica de los objetivos.
Dedicar excesivo tiempo a lo rutinario y simple.
Falta de capacidad para plantear y llevar a cabo la estructuración de los medios.
No tener habilidad para comunicarse.
No conseguir la colaboración entusiasta de las personas.
Incapacidad para ser considerado como experto
Escasa capacidad de liderato e incapacidad para hacerse respetar.
Pocas ideas originales.
Falta de voluntad para estudiar y formarse de manera constante.
No estar verdaderamente preparado para la gestión de personas y negocios.
Actitud negativa hacia las teorías de Dirección y excesivo uso de la intuición y el sentido común.
Falta de capacidad para la motivación del personal y la coordinación de sus esfuerzos.
No querer comprender o admitir el concepto de responsabilidad.
Ser poco eficiente. No tener hábitos de eficacia en la utilización del tiempo.
No tener capacidad de adaptación al cambio.
No tener valentía para tomar decisiones arriesgadas, difíciles e incluso desagradables.
No tener en consideración la importancia del buen servicio al Cliente
No orientar la conducta de acuerdo con las normas éticas.
¿Te sientes identificado en alguno de ellos?
Alberto Aguelo Monreal
Ingeniero Industrial