En el Parque Rural de Anaga se han establecido una serie de lugares donde se concentra y almacena temporalmente los escombros y restos vegetales, tanto los procedentes de pequeños derrumbes en taludes como los procedentes de la actividad humana, llamados coloquialmente “punto limpio” aunque no lo sea ni sea esa su función. La idea en sí misma no es mala, pues facilitaría un lugar donde deshacerse de ambos materiales de una forma cómoda y cercana que pretende evitar los vertidos incontrolados, y lugar de concentración de pequeñas cantidades de escombros caídos y de limpiezas que no suponen un volumen suficiente para enviar un camión. Pero claro, cada uno de estos lugares requiere que de forma regular se retire lo allí depositado, especialmente los restos vegetales.
Junto a las tierras y escombros vienen semillas y tocones arrancados que si no son prontamente retirados dan lugar a colonias de estas plantas invasoras, que crecen, se hacen maduras y por tanto comienzan a producir semillas que el viento y las aves esparcen por los alrededores, transformando el lugar en auténticos viveros de flora invasora que amenaza nuestros ecosistemas.
Las carreteras también lo son... Como se aprecia en las fotos siguientes las carreteras están bastante sucias, siendo peligrosas no solo desde el punto de vista de los incendios forestales, sino para la misma circulación vial, puesto que la capa de hojas, una vez empapada por la lluvia, constituye una superficie bastante resbaladiza, lo que podría ocasionar accidentes de circulación.