Del mismo modo que cuando se toma tierra en el aeropuerto de Koh Samui o en el de Zanzíbar, uno sabe que acaba de aterrizar en una pista absolutamente turística cuando lo hace en la de Liberia, al norte de Costa Rica. No puede negarse que se ha llegado a una ciudad, una región y un país de inconfundible atractivo turístico: es el pasaje del avión que despegó a mi lado en Atlanta, cien por cien yankee; lo veo en la turba de empleados de compañías de alquiler de coches con nuestros nombres escritos en papeles arrugados; me lo confirman las cifras que hablan de que el turismo es la principal actividad económica de la provincia de Guanacaste, de la que Liberia es capital. Bienvenidos a la República de Costa Rica, una de las democracias más estables de todo el continente, el país que mejor cuida el medio ambiente en toda América, el lugar donde la prensa goza de mayor libertad de toda el área latinoamericana y, sin duda, el más seguro de su entorno. Aunque el país viva de su industria turística, siguen fieles a un modelo de responsabilidad, ecología y sentido común que, junto a su conocida neutralidad y ausencia de fuerzas armadas, lo convierte en un destino de vacaciones de primer orden
Del mismo modo que cuando se toma tierra en el aeropuerto de Koh Samui o en el de Zanzíbar, uno sabe que acaba de aterrizar en una pista absolutamente turística cuando lo hace en la de Liberia, al norte de Costa Rica. No puede negarse que se ha llegado a una ciudad, una región y un país de inconfundible atractivo turístico: es el pasaje del avión que despegó a mi lado en Atlanta, cien por cien yankee; lo veo en la turba de empleados de compañías de alquiler de coches con nuestros nombres escritos en papeles arrugados; me lo confirman las cifras que hablan de que el turismo es la principal actividad económica de la provincia de Guanacaste, de la que Liberia es capital. Bienvenidos a la República de Costa Rica, una de las democracias más estables de todo el continente, el país que mejor cuida el medio ambiente en toda América, el lugar donde la prensa goza de mayor libertad de toda el área latinoamericana y, sin duda, el más seguro de su entorno. Aunque el país viva de su industria turística, siguen fieles a un modelo de responsabilidad, ecología y sentido común que, junto a su conocida neutralidad y ausencia de fuerzas armadas, lo convierte en un destino de vacaciones de primer orden